Sobre el accidente que destruyó parte del puente de este sonoro nombre, se han expresado demasiadas inexactitudes en los medios de comunicación, algunas veces por falta de investigación y otras por afán de información. Se quiere menospreciar a la ingeniería colombiana que se ha ganado el respeto con diseño y construcción de grandes obras.
El punto de partida es conocer la clase de contrato que se ejecuta en la vía a Villavicencio. Hay diferentes tipos de contrato y las responsabilidades del constructor o del concesionario varían según el tipo de compromiso entre el estado y un particular. En este caso se trata de una asociación público-privada amparada por la ley, en la cual una empresa ofrece al gobierno ejecutar una vía, una cárcel o cualquier bien de interés público. El privado financia la obra con sus recursos y como contraprestación recibe durante un período el dinero que invirtió. La retribución será el recaudo de los peajes durante la etapa de explotación pactada.
Cualquier empresa puede presentar una solicitud de interés al gobierno para adelantar una obra. Éste la analiza y si le interesa, imparte una aprobación en primera instancia. Enseguida el interesado debe presentar los estudios definitivos y las condiciones financieras que ofrece al gobierno, que revisa detenidamente y toma la decisión. Por lo tanto, es el concesionario el que corre todos los riesgos financieros y de construcción.
Previamente, ha realizado todos los estudios de detalle. En un proyecto tan complejo, estoy seguro de que han intervenido los mejores consultores en hidráulica, geología, suelos, diseñadores estructurales, especialistas en obras subterráneas, en diseño geométrico etc...
No es cierto que el gobierno tenga que pagar al concesionario la reparación del puente. Es un riesgo del contrato y corresponde a quien lo ejecuta cargar con el costo del incidente.
No es cierto, como lo afirmó un economista reputado en un noticiero de televisión que las causas del accidente se deban a sobornos o manejos irregulares. Esa declaración nace del vicio colombiano de opinar sobre temas que no se dominan.
No es cierto que puedan estar en peligro otros puentes de la misma vía.
No es cierto afirmar sin ningún conocimiento, que las características del terreno, la topografía o la calidad del suelo son las causas de la destrucción de la parte afectada. Una investigación seria sobre las causas del problema, puede durar un año.
Quienes hemos estado involucrados en la construcción durante muchos años, sabemos que a diario se realizan cantidades de ensayos de verificación para garantizar el cumplimiento de las normas técnicas. Los voluminosos archivos sobre control de calidad son guardados con celo durante muchos años.
Además, los constructores que fueron subcontratados para el efecto han construido más de siete mil metros de puentes en diferentes partes del país. Son profesionales serios que llevan muchos años en el oficio. Hace pocas semanas, en la inauguración de una línea férrea en Estados Unidos el tren cayó desde un puente causando muchos muertos y heridos. A nadie se le ocurre afirmar que el problema es de los ingenieros estadounidenses. No se puede tachar irresponsablemente de incapaz a la ingeniería colombiana.