Es martes y son las seis de la tarde, hace frío porque una hora antes llovió y yo voy bajando por la Calle 60, en Chapinero, hacia la Caracas para subirme al Transmilenio. Cuando llego a la esquina, en la que queda un Movistar hay dos cosas que me llaman la atención: la cantidad de gente esperando para entrar a la estación de la 63 y unos muchachos sentados en las escaleras del Movistar tomando cerveza, puede que esto sea cosa de todos los días pero como no voy seguido al sector me sorprende. Mientras hago la fila para entrar hay otra escena que me llama la atención: se han acumulado unas cuarenta personas entre la Calle 60 y la 60 Bis que al darse cuenta de que el semáforo está en rojo, gritan como en una batalla y corren para colarse, para subirse por las puertas de la estación sin pagar.
Esto ocurre mientras yo hago la fila para recargar mi tarjeta Cliente Frecuente y me cuestiona profundamente. ¿Es justo que yo haga una fila para pagar por un servicio que otros reciben gratis? No lo creo, pero hay algo más grave y es la complicidad de la Policía, ya sea porque no hayan agentes en las estaciones que controlen la situación o porque cuando los hay no hacen nada o les queda imposible oponerse a toda la gente que se sube al sistema sin pagar, definitivamente no es justo.
La mayoría de personas que vi subirse sin pagar eran jóvenes, jóvenes, en gran parte, estudiantes del SENA, igual que los que estaban tomando en las escaleras del Movistar e igual que los dos que se subieron por las puertas, ya cuando yo me dirigía al vagón del “ruta fácil”, caminando con la tranquilidad que le puede dar a uno comerse un Sundae de Mc Donald’s mientras no paga el pasaje del bus. Esa escena me golpeó aún más, fueron una seguidilla de sucesos que para mí como usuario que, a pesar de las falencias que presenta Transmilenio, paga cada pasaje eran como cachetadas y burlas a mi forma de proceder. Unos cinco estudiantes del SENA pagaron su pasaje al mismo tiempo que yo.
“El que salta te asalta” es la campaña que lanzó en estos días Transmilenio para que los usuarios que sí pagan denuncien a quienes cometan el “delito social de no pagar el pasaje”. ¿Acaso las autoridades de Policía necesitan que se denuncien a más de cuarenta ‘colados’ en una sola estación? ¿Acaso la Policia no se está dando cuenta de lo que pasa o no será que lo sabe pero no hace nada? El que salta no me asalta, el que salta y lo hace con el descaro de llevar en la mano un Sundae mientras trepa las plataformas y nadie lo detiene hace tambalear mi convicción de pagar por el mismo servicio que otros obtienen gratis.
No es justo que los usuarios tengan que pagar y para hacerlo deban soportar largas filas, tampoco es justo que no se haga nada por controlar la situación. No debe ser un asunto solo de control y coerción por parte de la Policía, se trata también de la formación, de la educación que se imparte, de cómo se están formando a los ciudadanos en las aulas y sobre todo del compromiso que todos tenemos como integrantes de la misma comunidad.
