La última vez que vi a Soda Stereo fue en Me verás volver. Junio del 2007.Estaba en Buenos Aires, trabajaba en una librería, tenía 30 años y siempre había soñado con ver a Cerati y su combo. Fui a campo. En Argentina el campo es la localidad más barata. Por eso los conciertos son inolvidables: los pobres disfrutamos mejor de los conciertos. Los pobres somos más agradecidos. El telonero fue Capusotto. Todo fue de ensueño. Cerati vestido de negro, con sombrero negro. Creí que iba a ser eterno hasta que una tostada de cerdo y un cigarrillo en un hospital de Caracas le fundieron el cerebro. Las secuelas de la coca, el viagra y el whisky en su gira bogotana, le subieron la tensión, su vieja enemiga. Era el 2010
En los cuatro años que estuvo en coma sus hinchas creíamos, insensatamente, que se iba a levantar. No fue así. Lo desconectaron en septiembre del 2014. Yo fui al otro día a la Chacarita. Vi las flores, el cemento aún fresco. No creí que se volvería a levantar.
Pero, gracias a Sobredosis de Soda, la banda que le rinde tributo a Soda Stereo desde el 2005, volverá a verlos de nuevo sin contratar un chamán o una máquina del tiempo, en el lugar que empieza a ser su casa, el mismo en donde triunfaron hace seis meses: el Teatro Jorge Eliecer Gaitán. La función empezará a las ocho de la noche de este sábado 3 de marzo y serán más de dos horas en donde los fans de Cerati podremos volverlo a ver otra vez, de pie, inmune al tiempo y a la muerte. Gritaremos, hasta morir, todos los éxitos de la banda argentina, la que nos rompió la cabeza