Resulta inverosímil que conociendo la situación de muchas regiones del país, en donde los habitantes mueren de sed con lo que apenas es el inicio del fenómeno del niño, la administración Distrital adopte políticas para destruir los pocos bosques que aún quedan en nuestra Ciudad, que no es ajena ni está excluida de los estragos del fenómeno del niño, precisamente por el mal manejo que se ha dado al cuidado de los pulmones verdes.
Con el Decreto 123 de 2014 de la Alcaldía Mayor por medio del cual se adopta el Plan Parcial denominado "Hacienda Casablanca” en el que se construirán 2751 unidades de Vivienda en el área de reserva forestal ubicada en los Cerros de Suba, entre la avenida Boyacá y la Carrera 80, y entre las calles 152B y 153.
La reserva forestal en comento posee un área aproximada de 26 hectáreas, por lo que corresponde a un gran pulmón verde de los pocos con que aún cuenta nuestra ciudad, es el hábitat natural de diferentes especies de avifauna y además de ejecutarse esta construcción se destruirá una porción importante de bosque que contiene un gran número de árboles vitales para la ciudad.
También se encuentran cuerpos de agua que son el hábitat de especies de aves y patos canadienses, que migraron a esta área y en este momento se encuentran allí con sus crías.En las copas de los árboles se encuentran hermosas lechuzas con sus nidos, las cuales serán condenadas al destierro. El agua subterránea en el área del Distrito Capital se recarga desde los Cerros Orientales, principalmente, Cerros del sur y Cerros de Suba y fluye en dirección este- oeste hacia un nivel base, que es el Río Bogotá, por lo que es prioritaría la necesidad de conservar los cerros de Suba, como fuente de aguas subterráneas de la ciudad, máxime teniendo en cuenta la vulnerabilidad de la Ciudad por el crecimiento demográfico y, por tanto, de consumo de la capital; la dependencia de fuentes hídricas superficiales –en especial del llamado Sistema Chingaza–, y la situación de vulnerabilidad sísmica propia de la capital.
Talar esta densa zona de árboles, afectará las condiciones climáticas ya que los arboles mantienen la humedad y generan precipitaciones, por lo que su tala conllevaría a reducción de las precipitaciones en la ciudad, lo cual intensificaría el efecto del fenómeno del niño en Bogotá aumentando las temperaturas y fuertes sequías.
Considero que el proyecto de edificaciones en la zona tendrá impactos negativos definitivos e irreversibles en los ecosistemas, los animales, las plantas, el agua, el aire, el suelo, el paisaje y la población por lo cual estaría violándose el derecho fundamental establecido en la Constitución Política de Colombia en el Artículo 79: Derecho a gozar de un medio ambiente sano.
Estos cerros son la segunda cadena de montañas más importante de Bogotá y están siendo asediados por varios urbanizadores. La Constructora encargada de ejecutar este desastre ya cuenta con la aprobación de la Curaduría No. 3 de Bogotá e inició la instalación de postes de 12 metros para cerramiento e instalaciones de banderolas sobre el pie de la ladera aledaña a la Cra 72 A entre calles 152B y Calle 153, probablemente para iniciar la labor de tala y descapote, a pocos metros de donde se encuentran las aves migratorias, por lo que la intervención de la autoridad debe ser inmediata ya que los daños serán irreparables.