El ritual es sencillo: con un billete en la mano y mientras recitan la oración en voz baja, van acariciando la tumba del astrónomo Julio Garavito. Nacido en 1865 y muerto en 1920, fue un pionero de las ciencias en el país. Es tan importante su recorrido que uno de os cráteres lunares lleva su nombre. Desde su observatorio pudo estudiar fenómenos como el paso del cometa Halley en 1905.
Lo que nunca pensó Julio Garavito, uno de los científicos más importantes de la historia de este país, al nivel de José Celestino Mutis, es que se iba a volver una especie de santo entre los maleantes y las prostitutas de Bogotá. A principios de este siglo su nombre se hizo archiconocido desde que salió en el billete de 20 mil pesos. Eso fue la excusa para convertirse en un objeto de culto.
Los lunes las filas son interminables frente a su tumba. La mayoría son mujeres que llegan con esa oración en la mano a rezar entre dientes.
La gran mayoría de personas que van allá, en gratificación a sus pedidos, le hacen una misa semanal. El cura del Cementerio Central es el encargado de oficiarla. Conversamos con una señora que lleva dos años viniendo desde la vereda Mochuelo Alto en Ciudad Bolívar, acompañada de sus dos hijas, para rezarle a Garavito y pedirle por un futuro mejor.
Lo increíble es que dentro del cementerio central son cientos los testimonios que dan fe de sus milagros. En este video se puede observar el fervor y pasión con el que pasan el billete por la tumba. Con los ojos cerrados, a punto del llanto, hombres y mujeres se entregan a una especie de trance místico. Desde el más allá alguien los escucha: