Nuestro segundo destino es Monte Redondo, el paisaje es diferentes, el ecosistema es de bosque alto andino, tiene árboles mucho más altos que los que encontramos en páramo, de hasta 30 metros de alto. En esta parte se puede acampar, hay un espacio destinado para armar las carpas que cuenta con baños. Esto es importante recordarlo, porque el turismo descuidado impacta negativamente en el entorno.
Mientras observamos y respiramos, nos encontramos de nuevo con el río Chuza, que cada vez se va extendiendo de manera más imponente, su rugido es más fuerte.
Con esa fuerza de fondo, y aproximándonos al final de nuestra caminata, Dennis nos cuenta: “Me siento muy orgullosa de mi organización. Ha sido un trabajo difícil, pero nos hemos mantenido, no puedo imaginarme en otro empleo ni viviendo en la ciudad. Le sigo apostando a este proyecto porque soy terca (jajajaja), esto es lo que a mí me gusta, puedo trabajar en equipo y sacar adelante estrategias. Desde acá puedo impactar de verdad verdad, el resto es política. De aquí a 10 años me veo como una activista Greenpace (jajajaja)”.
Varias partes del Parque están afectadas por la ganadería, los cultivos de papa y la explotación minera. Nuestro compromiso y nuestra voz deben estar con el páramo, con los frailejones y con el agua. Nosotros podemos cuidar el páramo.