Durante la plenaria a la Cámara de Representantes, en medio del debate de la aprobación de la eutanasia, se presentó una disputa curiosa. Inti Asprilla, representante por la Alianza Verde, llevó el debate a las creencias cuando el representante Carlos Acosta, quien es un médico cristiano, expuso sus motivos para votar en contra del proyecto (lo hizo desde la ciencia de la medicina y no solamente basándose en su fe).
Asprilla le dijo al representante Acosta que recordara que este es un país laico: “Hagan el favor de estudiar que es un Estado Laico, hagan el favor de estudiar la Revolución francesa”. Además, se burló de las convicciones cristianas de miles al mencionar que era momento de menos camándula y más racionalidad.
Ante esto, Carlos Eduardo Acosta, representante por Bogotá, acudió a su derecho a réplica y dijo: “Algunas personas se han acostumbrado no a dar los debates desde los argumentos, sino calificando y menospreciando a los demás. No se puede discriminar por las convicciones religiosas”.
“Claro que uno opina de acuerdo a sus convicciones. El problema es que algunos dejen sus convicciones en la puerta antes de venir a opinar", agregó Acosta, quien también acotó lo siguiente: “Colombia es un estado laico, pero no un estado ateo. Si se habla de estudiar, yo si le pido (a Inti) que vaya y mire el diccionario y vea qué significa laico, porque laico no significa no creer en Dios. Simplemente, significa no ser parte del credo religioso”.
Me sorprendió la intervención de Acosta porque cuando fui a mirar el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española pude ver que tenía razón, pues la RAE define laico como “Independiente de cualquier organización o confesión religiosa”.