Cercado por la justicia española que lo persigue por la corrupción y los abusos durante su reinado, el rey emérito Juan Carlos I de España escogió el camino del exilio para no interferir en el rol de su hijo el rey Felipe, quien intenta salvar la institución de la monarquía en medio de criticas crecientes por los españoles, que incluso están pidiendo que se revoque la figura.
El príncipe Juan Carlos de Borbón y Borbón nació precisamente mientras su familia real estaba en el exilio en Roma, en enero de 1938. Allí se trasladó desde la proclamación de la Segunda República en España, en 1931, y pasó sus primeros 6 años, hasta que se trasladó junto con el resto de su familia a Lausana, en Suiza. Solo a los 10 años de edad pisó suelo español, cuando después de un encuentro entre el dictador Francisco Franco y el conde de Barcelona en el golfo de Vizcaya, se acordó que el Príncipe cursaría sus estudios en España.
En el verano de 1949 debido al deterioro de las relaciones entre Franco y Don Juan, el príncipe cursó un año de estudios en Estoril (junto a Lisboa) donde a partir de ese momento residiría la familia real. Regresó a España en el otoño de 1950 a continuar sus estudios, los cuales finalizó en 1959. No regresaría a España hasta principio de 1963 cuando una vez casado Franco manifestó el interés de que Juan Carlos y Sofía vivieran en España, lo cual hicieron a pesar de la oposición inicial de su padre.
Foto: PP Comunidad de Madrid/Wikipedia
Franco determinó según una Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado, que el futuro rey de España sería designado por él. Y fue así como en 1969 designaría a Juan Carlos como sucesor a titulo de rey, saltándose a Don Juan de Borbón con quien nunca tuvo relaciones muy cordales. Juan Carlos I asumió interinamente la jefatura del Estado en 1974 ante la enfermedad de Franco y fue proclamado rey de España el 22 de noviembre de 1975. Su padre no renunciaría oficialmente a sus derechos sucesorios hasta 1977.
