Con un drástico corte de cuentas sobre la catastrófica realidad económica que heredó del gobierno de Alberto Fernández y del kirchnerismo, el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, advirtió el ajuste drástico y no gradual que tienen los argentinos por delante. Insistió en que simplemente “No hay plata” y por tanto el trago amargo será inevitable.
A la posesión presidencial asistieron pocos gobernantes, entre ellos el rey de España Felipe VI, el ucraniano Volodimir Zelenski, el chileno Gabriel Boric, los presidentes de Uruguay Luis Lacalle, Paraguay Santiago Peña, Ecuador, Daniel Noboa y el expresidente brasilero Jaír Bolsonaro. No llegó el presidente Lula ni Gustavo Petro quien fue muy duro desde su triunfo el pasado 19 de noviembre.
También le puede interesar: Javier Milei, nuevo presidente de Argentina: golpe contundente a la clase política, “la casta”
El embajador de Colombia en Argentina, Camilo Romero, exgobernador de Nariño y quien fue precandidato en la consulta presidencial del Pacto Histórico, será quien deba mantener las relaciones con el nuevo gobierno argentino.
Milei se centró en recordar el desastre producto del poder ejercido por “la casta”, la clase política, para preparar a los argentinos para los días duros por venir en los que el sector privado será el gran protagonista. El nuevo presidente argentino cerró su discurso, como siempre, con su eslogan de campaña “¡Viva la libertad, carajo!”.
Al final de su intervención se desplazó hacia la Casa Rosada para asistir a la recepción y luego se trasladará con su hermana, Karina Milei, a la Quinta Presidencial de Olivos donde vivirá y desde donde gobernará por los próximos cuatro años.