Algunos artistas nacen, otros se hacen. Ese es el caso de George Segal. Casi toda su familia judía polaca murió en el Holocausto, su padre emigró a América y abrió una carnicería, y un tiempo después compró una granja agrícola en Rutgers, New Jersey que sería el hogar de Segal toda su vida. Pasó por muchas de las universidades prestigiosas de Estados Unidos y se graduó de bellas artes. Llevando a cuestas la carga de la Segunda Guerra Mundial, el Holocausto, y la depresión de los 30, Segal fue un observador que en los comienzos de su trabajo intentó crear una nueva forma de expresión a partir de imágenes de la historia del arte.
Depression Bread Line,1991
Pero en algún momento en los años 50, Segal empezó a ver el mundo desde otro punto de vista. Fue no solamente un artista Pop, sino un pionero del manejo del espacio, de la figura humana en escultura, del uso de materiales en su momento novedosos y, sobre todo, del trabajo del espacio en las instalaciones. Su personaje no era solo la figura, debía estar rodeado de un entorno que diera contexto a una escena congelada. Como todos los artistas POP, Segal experimentó con los materiales y logró realizar un trabajo único que no se dio en ninguna otra parte.
Su trabajo de la figura humana en yeso, del cascarón de la persona, dio como resultado seres llenos de expresión, y la historia de una realidad urbana en la que prima el aislamiento y la soledad, la soledad neoyorquina.
Streeet Crossing, 1992
Al igual que Edward Hopper, Segal reflexionó sobre ese estado del alma que se confina dentro de multitudes, o que se encuentra a sí misma en una café, una bomba de gasolina, una cafetería, un teatro, un bus, la espera en un semáforo, todas iniciando una escena que se quedó en un primer cuadro estático.
The bus
Sus obras se exhiben en los museos a nivel de la mirada del observador ofreciéndole a este intimidad con el momento. En El bus, hay una silla vacía que invita al observador a usarla. La vida cotidiana siempre fue la referencia de la puesta en escena de sus obras. Su imaginación iba desde un aviso de Budweiser hasta una construcción cubista de elementos en madera.
George Segal, fotografía de Donald Lokuta, Zimmerli Art Musseum-Rutgers
Segal estará siempre vigente. Sus personajes anónimos representan emociones urbanas grabadas en la memoria de todos, y que quedaron también grabadas para siempre en su arte. Mientras artistas como Warhol, Lichtenstein y Olderbur experimentaban con logos, símbolos comerciales y productos de consumo masivo, Segal trabajó la psicología del consumidor. George Segal nació en Nueva York en 1924 y murió en su granja de New Jersey en el 2000.