El año pasado escribí una nota, en este mismo portal, donde cuestionaba las posibles razones por las cuales se habían presentado riñas en Hip Hop al Parque 2017. Hoy después de salir del espectáculo me encuentro con que la jornada transcurrió en tranquilidad y esto se debe a distintos factores que mejoraron en cuanto a la organización.
Lo primero que pude percibir es que hubo un aumento del pie de fuerza policial en la cobertura del evento, tanto al interior del Simón Bolívar como en sus alrededores. Si bien la solución a las dinámicas de violencia que agobian a la ciudad no se resuelve con el aumento de pie de fuerza, la presencia de la policía es importante para garantizar la seguridad de los asistentes a cualquier evento de carácter público. Además, el filtro de seguridad estuvo en suma mucho mejor organizado que el del año pasado, se pidió documento de identidad y las requisas fueron rigurosas, tal cual como lo requiere cualquier evento público y cultural en la ciudad, como Rock al Parque, Jazz al Parque y demás eventos del distrito.
Lo segundo, y que para mí es de los criterios más importantes, es el hecho de que se incitó al buen comportamiento desde la tarima, los presentadores, dentro de ellos el rapero Zkirla, mantuvieron comunicación constante con el público en lo referente al orden y la sana convivencia. Hip Hop al Parque es un espacio donde se tiene la oportunidad de hacer pedagogía de paz, y en efecto, los mismos asistentes, artistas y presentadores deben ser voceros de este mensaje. En cada entrega de Hip Hop al Parque se ven cada vez más rostros de gente joven, incluso en su mayoría —diría— son menores de edad, que asisten al evento con el fin de permearse de los mensajes contundentes que deja esta bella cultura en sus distintas manifestaciones artísticas.
En tercer lugar, la logística cumplió un papel determinante en el éxito de la jornada, se ubicaron zonas de hidratación donde los asistentes pudieron consumir agua de forma gratuita, puntos de hidratación que son inexistentes últimamente en otros eventos como Rock al Parque, donde obligan —tácitamente— al asistente a comprar bebidas azucaradas y energéticas, ya que son las únicas bebidas autorizadas para comprar y consumir en el lugar, quizás como una coartada entre los organizadores y patrocinadores de dicho festival.
Por último, es importante que la administración distrital y demás entes gubernamentales enfoquen su mirada en el hip hop y no pierdan de vista el éxito en el que transcurren estas jornadas artísticas. Es curioso que fuera este el año en que Grandmaster Flash pisara las tablas de Hip Hop al Parque, este MC y Dj que fue precursor de la conciencia en las líricas frente a las problemáticas sociales que acaecían en las calles, lo que marcó el retorno de un Hip Hop al Parque en armonía y paz. Este es un mensaje que debe escucharse en todo el país y el mundo: el hip hop es una cultura de paz, arte y alma.
