Como se dieron cuenta, desde la semana pasada ha sido tema la instrumentalización política de la comunidad colombiana en el exterior, en especial la residente en la Florida, que ha sido nuevamente manipulada y utilizada como comodín y arrastre electoral del Partido Republicano y de ciertos miembros del Centro Democrático. Ellos solo ven a este grupo de personas como un renglón “cautivo” y como “votos endosados y propios” de políticas de extrema derecha (ver: Por hacer más, hacen menos: el uribismo y las elecciones en Estados Unidos).
No ha sido la primera vez. En las elecciones del año 2018, Juan David Vélez Trujillo, quien a día de hoy ostenta la curul por los colombianos en el exterior (que llegó allí después de tener como único punto en su agenda legislativa hacer un “referéndum revocatorio” de los acuerdos de paz), no tenía absolutamente nada más que decir.
Demostró así que lo único que tenía en ese momento era, y que aún adolece, es un total desconocimiento de la realidad y la diversidad de la migración colombiana, sus tipologías en cada país de acogida y lo que representan en contexto estos migrantes para el país, que no es más que la expresión de la nación colombiana en el exterior.
Lo que ha realizado hasta la fecha no estaba en su cabeza y menos en su proyecto de agenda legislativa. Su agenda no ha sido más que la apropiación de ideas que han venido trabajando líderes, activistas sociales y trabajadores sociales voluntarios de la comunidad colombiana en el exterior desde hace 11 años. Nada nuevo para el partido que representa.
La segunda curul y su recuperación
Hay grandes posibilidades de que se recupere la segunda curul de los colombianos en el exterior. Esta gestión liderada por la senadora del Angélica Lozano Correa, junto a varios senadores en la actual reforma política, podría ser la referencia para que se reivindiquen de manera estructural las necesidades, pero también los aportes de la migración colombiana.
Por otro lado, temas trascendentales como la nueva ley integral de migración, que está en debate en plenaria del Senado, no han contado con la participación de los diversos actores sociales. Eso sin contar con que solo se enfocan los asuntos relacionados a la recepción de la migración venezolana, dejando de lado los más de cien mil colombianos en estado irregular solo en España.
Además, quedan sin ningún tipo de aplicación procesos importantes como los mecanismos de protección social para las familias de los migrantes colombianos, que deben ser apoyados por el Estado, tales como los servicios que ofrecen las cajas de compensación familiar, el acceso a la cotización de pensión en Colombia, el acceso al Fondo Nacional del Ahorro y el acceso a subsidios de vivienda, entre otros.
Un representante que sienta de verdad lo que es la migración.
Resulta importante hacer pedagogía entre la comunidad colombiana en el exterior. Desde la inscripción de cédulas cuando se inicie el periodo electoral, hasta por qué es importante que los colombianos en el exterior tengan un representante digno. La experiencia de la migración colombiana debe aplicarse en Colombia en calidad de aporte a la nación.
Esto se debe demostrar gestando cambios ante la posibilidad real de las elecciones del 2022 de mejorar la calidad de vida de nuestras familias en nuestro país para los próximos 20 años. Por ejemplo, una reforma a la salud, derogando la Ley 100 que no hizo más que mercantilizar un derecho de los colombianos y convertirlo todo en un negocio. Una reforma que como en España genere una salud pública de calidad pagada entre todos con acceso universal.
El fortalecimiento de las competencias de los fondos de vivienda departamentales y la reestructuración de su objeto social para que la gente pueda tener acceso a vivienda de alquiler social, propiedad del estado y sus entidades territoriales, que es una deuda histórica con los más necesitados del país. Con eso se eliminarían las invasiones, la infravivienda y los robos de servicios públicos.
No podemos olvidar la agenda para los ya más de 6.5 millones de colombianos en el exterior. La reestructuración del servicio consular colombiano, la oportunidad para que muchas personas puedan trabajar en embajadas y consulados estando en el exterior, sin tener que apoyarse en padrinos políticos sino por concurso de méritos evitando de igual manera el nepotismo, como lo hemos visto en este periodo, en especial con el papá del representante Vélez Trujillo (ver: Nadie gana indulgencias con Avemarías ajenos).
La designación de un día de IVA de las remesas para fortalecer el Fondo Especial para las Migraciones, que permita ayudar a personas en riesgo de exclusión social. Apoyo al emprendimiento de connacionales en el exterior. Reestructurar los servicios consulares y crear a partir de allí el Viceministerio de la Migración y el Retorno. La atención efectiva y el resarcimiento a las víctimas del conflicto armado en situación de asilo, refugio o protección internacional. Gestión integral de los aportes en pensiones con los temporeros colombianos en España y Francia. La gestión entre países para la regularización de miles de colombianos en estado irregular. La articulación de proyectos con las entidades territoriales y descentralizadas para la atención a la población migrante. La regularización de la hoja de coca por el estado colombiano, parte integral del punto cuatro del acuerdo de paz. La paz como eje articulador de un Estado viable, de una Colombia posible.
Las propuestas acertadas.
El senador Gustavo Bolívar ha propuesto la alternativa 55/86. 55 Senadores y 86 representantes a la cámara que tengan conciencia social, compromiso por un cambio en la estructura política en Colombia. Estos pueden estar en los sectores alternativos. Cualquiera, de cualquier partido menos los que han venido votando en contra del apoyo a los microempresarios, en contra de la renta básica universal, en contra de ayudar al país y a su gente que tanto lo necesita. Ya hemos visto casos como la moción de censura al ministro de defensa.
Es hora de cambiar el país de manera democrática. Quitar el miedo del grueso de la población, de la estrategia manipuladora, mentirosa y mediática del Centro Democrático y su caudillismo. De las estrategias partidistas, los cálculos políticos de dirigentes eternos tradicionales y darles una oportunidad a nuevas formas de ver el país.
En el año 2022 debemos escoger personas que sientan las realidades, el dolor del rebusque, del día a día, de la supervivencia de la gente con un salario mínimo. Activistas sociales con experiencia de campo, en organizaciones sociales, en trabajo comunitario como lo han hecho gobiernos progresistas en Canadá, España o Portugal.
Aplicar medidas que busquen la concertación social y el desarrollo y no solo en una visión miope, inmediatista y mediocre a la que nos han llevado años de gobiernos como el de César Gaviria, Andrés Pastrana, Álvaro Uribe Vélez y el que se vislumbra ya como uno de los gobiernos más mediocres y malos de la historia colombiana, el de Iván Duque Márquez.
Tenemos que buscar y apoyar desde el exterior estas alternativas que permitirán sacar a Colombia de estos tiempos oscuros y aciagos. Estas alternativas de seguro no están en los partidos tradicionales, sino en los sectores alternativos. El reto es que podamos ver a nuestro país como una opción para desarrollar nuestro proyecto de vida, y no tener que ver la migración económica como la única opción para salir de la pobreza en que llevamos ya 29 años desde la constitución de 1991, por obra y gracia de políticos inescrupulosos, avaros, sin un ápice de conciencia por la gente de a pie, por el ciudadano del común.
Invito a la comunidad colombiana en el exterior a hacer un ejercicio democrático nuevo, fresco, que genere dinámica política, económica y social. Hacer que pasen las cosas y no esperar que sucedan como por arte de magia. A trabajar por un Senado y una Cámara de Representantes nueva y poder así hacer las reformas en todos los órdenes que nuestro país necesita. Todo cambio es bueno. Desde el exterior podemos aportar a este cambio.
Inscriba su cédula y participe votando por opciones que representen dignamente a la población y no por los mismos con las mismas. No más al mecanismo clientelar que tiene sumidos en la pobreza a 45 millones de colombianos.