Los museos de Colombia están viviendo unos retos para conciliar el discurso multicultural y la forma de organizar los objetos que exponen. ¿Cómo incluir en las narrativas de los museos a las minorías del país? ¿Cómo entender la relación espectador-museo en la contemporaneidad? ¿Cómo representar la diversidad cultural del país a través de los objetos expuestos? Son solo algunas de las preguntas que surgieron a partir de la XXI Cátedra Anual de Historia Ernesto Restrepo Tirado, llevada a cabo el pasado 19, 20 y 21 de octubre en el Museo Nacional de Colombia.
Para fomentar la discusión museal el evento se dividió en tres sesiones cuyas temáticas fueron “La concepción de lo nacional y de la nación en relación con la historia del arte”, “Escrituras y re escrituras del arte en el museo” y “Lugares para la historia del arte: museos, academia y procesos de formación”, respectivamente. Para cada una de las sesiones estaban invitados cuatro ponentes quienes realizaron su presentación, luego de una introducción al trabajo de cada uno por parte de un moderador. Al finalizar cada sesión el público manifestó sus preguntas e inquietudes a los ponentes. Los temas tratados giraron en torno a las construcciones sobre la nación en relación con la nueva museología, los procesos de modernización de las prácticas museológicas, la finalidad de las exposiciones temporales y permanentes, la historia del arte en relación con el patrimonio y los museos nacionales.
Los museos de la nación son espacios donde se visibiliza la memoria institucional del país. Es por esta razón que dentro de su narración deben incorporar el proyecto de estado que propone la Constitución Política de Colombia. Fue a partir de esta que Colombia se estableció como un país pluriétnico y multicultural y, como consecuencia, se plantea la necesidad de reconocer la diversidad étnica y cultural de la nación. Este postulado implica que el Estado colombiano debe velar por la inclusión de toda la población colombiana; sin discriminar por la raza, el género, la etnia, la clase social, las creencias religiosas o ideológicas, ni el nivel de conocimiento intelectual, entre otros aspectos. Más allá de decretar si una postura es correcta o no de lo que se trata es de generar un reconocimiento a las tradiciones, prácticas y costumbres de los diversos grupos poblacionales que configuran nuestro país. Es a partir de esto que el discurso multicultural produce retos para el quehacer museal.
Uno de los retos consiste en que aunque el proyecto multicultural promueve la inclusión de todos los objetos y de todas las representaciones se encuentran con el limitante de no poder abarcar por completo esa totalidad que se propone. Así pues, si bien las exposiciones museales procuran dar cuenta de los estilos de vida, formas de pensar y las creencias y tradiciones de los diferentes grupos; los museos tienen un presupuesto limitado que no les permite adquirir todos los objetos; también tienen un espacio restringido para poder exponer, conservar y almacenar las obras, lo que les impide mostrarlas todas. Además, tienen un tiempo definido para mostrar las exposiciones, situación que les impide exponer las obras en su totalidad. En definitiva, son tres las limitaciones que obstaculizan los propósitos de inclusión que promueve el discurso multicultural: una limitación espacial, una limitación temporal y una limitación económica.
Como consecuencia de estos múltiples limitantes los encargados de los museos deben establecer criterios de selección, que regulan las representaciones posibles sobre unos objetos, actores y discursos específicos. Estos criterios dan paso a la inclusión y la exclusión de determinados objetos. De esta forma, en el momento en el que se toma la decisión de exponer unos elementos, implícitamente se está decidiendo que habrá elementos que no se expondrán. Como resultado de este proceso de selección se pueden establecer dos categorías: los elementos que son dignos de ser expuestos y los elementos que no son dignos de ser expuestos. Se establecen ciertas premisas que permiten la exposición de determinada obra como, el estatus y prestigio del autor de la obra o el valor que un museo específico le otorga a ciertos objetos con características particulares que se relacionan con el mensaje que el museo quiere dar. Incluso, los nuevos criterios de la museología contemporánea tales como, “que los objetos logren cuestionar con valores establecidos”, “generar cambios de paradigmas y crear polémica a través las temáticas abordadas en las muestras exhibidas” tiene como efecto que otros objetos que fueron parte de la antigua forma de hacer museología sean dejados de lado.
Asimismo, hay que recordar que los objetos que son escogidos están subordinados a los distintos mensajes que el museo quiera plasmar y difundir. Es por este motivo que entre los cientos o miles de piezas con los que cuentan algunos museos, los curadores junto con el equipo encargado de montar una exposición tienen que “saber escoger las piezas adecuadas” para mostrar claramente el mensaje que el museo quiere transmitir mediante una exposición. De este modo, no todas las piezas que conserva un museo son expuestas algunas son guardadas en sitios especiales, otras se exponen por tiempos limitados y otras son cedidas o prestadas para ser exhibidas en otros museos. Así, los objetos al ser organizados producen unas representaciones que pretenden hacer alusión a los diversos sectores poblacionales de la nación colombiana buscando su reconocimiento y participación en determinados espacios. De manera que la interpretación que hacen los museos de las características, prácticas y costumbres de una población abarca algunos de sus aspectos más significativos resaltando solo sus características principales y no abarcándola en su totalidad.
Por lo tanto, con el fin de incluir en las narrativas de los museos a las minorías del país y de representar la diversidad cultural a través de los objetos expuestos, el principal reto que tienen los museos consiste en incorporar y difundir el discurso multicultural no solo como un ejercicio retórico, sino que lo que se busca es que esta apropiación se refleje en espacios concretos como lo son los museos de la nación, sin olvidar las limitaciones existentes y los criterios de selección para los objetos, discursos y representaciones de las muestras museales. Para lograr tal fin, algunos museos se valen de herramientas pedagógicas y didácticas que crean un vínculo entre el espectador y la exposición, de manera que, lo que se busca es recrear una experiencia, por medio de fotografías, vídeos y juegos, para que el público interactúe con esta y así tenga la posibilidad de relacionarse, identificarse y reconocerse con el contexto, los personajes y los objetos que se exponen.
