Nuestra sociedad tiene múltiples retos por el simple hecho de que la información está al alcance de todas las personas. Por eso hoy solo con entrar a un portal de noticias desde un celular podemos ver casos de intolerancia que pasan en cualquier parte del mundo. Estos casos atentan con un principio fundamental de la humanidad que es el de la sana convivencia.
Ahora bien, las personas como seres sociales que somos hacemos mejor nuestro trabajo en grupo. Desde el principio nuestros lazos sociales se unieron para sobrevivir, formarnos y cuidarnos entre nosotros mismos. En consecuencia, para una sociedad en armonía, donde se reduzcan los conflictos, es necesario fomentar un ambiente de paz.
Además, el mundo actual requiere que se tenga en cuenta el fortalecimiento del desarrollo humano y que sea palpable en la sociedad. Países como Finlandia son ejemplo a nivel internacional, pero no porque llenan a sus estudiantes de una cantidad de materias sino más bien porque enseñan para la vida.
La educación es sin dudas la herramienta vital para inculcar valores, tener una sociedad tolerante, con buenos principios y con conciencia ambiental para tener esperanza de un mejor mundo. Por eso desde las instituciones educativas se debe formar para que nosotros como estudiantes sepamos tener un estilo de vida saludable y estemos en capacidad de tenderle la mano a los que más lo necesitan. Si los niños no adquieren estas competencias el futuro sería oscuro.
El Estado por su parte tiene la obligación de garantizar que no se violen los derechos de los niños, ya que la garantía de estos es esencial para el desarrollo de los mismos. Sin embargo, no podemos olvidar que en algunas escuelas vemos casos en los que estudiantes no conciben las relaciones de autoridad que existen con los docentes que buscan su formación de aquel estudiante, por lo cual surge un problema.
Se ha hecho una mala interpretación del respeto y la dignidad humana como lo dice el profesor Xavier Vilchis: “La falta de respeto a nuestras instituciones surge de la laxitud en la que ha caído la cultura moderna por el excesivo énfasis que hemos puesto a la libertad y los derechos de los individuos con el olvido de la responsabilidad y el deber como contraparte complementaria”.
Cuando vivimos en sociedad el respeto hacia los demás es vital, ya que otorga un soporte fundamental para tener confianza en los que nos rodean. El respeto empieza por nosotros mismos y la familia como institución es el primer lugar donde debemos aprender normas que conllevan a deberes y derechos de comportamiento.
Como seres humanos debemos interiorizar la ética como modo de proceder. Además, el respeto se fortalece cuando mi proceder ético me indica que no debo violar las normas y debo tratar a los demás con el mismo respeto con el quiero que me traten, todo esto bajo la idea de que contribuyo a la sociedad cuando actúo con respeto y permito así que la otra persona goce de sus derechos.
Pues bien, ya hemos hablado de lo que es el respeto y cómo debemos interpretarlo, pero antes de continuar es necesario hacer la siguiente pregunta: ¿cómo enseñarles el respeto a las personas? La respuesta no está obligatoriamente en un libro. Personalmente creo que enseñar valores es fundamental, aunque tenerlos siempre en práctica y vivirlos es la mejor pedagogía para hacer de los más jóvenes más conscientes y capaces de actuar correctamente en diversos contextos.
Soy respetuoso no cuando doy una charla sobre el respeto sino cuando acepto la diversidad social y étnica que tiene nuestro país y comprendo que la diversidad construye nación. Al respecto la Comisión Nacional de Derechos Humanos da una sugerencia: “Comunicar los valores abiertamente. Hable de por qué los valores son importantes y de cómo los niños, con la práctica de esos valores, serán mejores personas y por tanto, tendrán una mejor calidad de vida”.
En resumen nosotros los jóvenes debemos trabajar conjuntamente con nuestros padres o profesores para propiciar espacios donde la ciudadanía comparta ideas de la importancia de respetarnos como personas. Eso significa evitar humillar a nuestros semejantes y saber que todos nacemos iguales ante la ley. La interiorización de cada uno de estos temas es esencial, por ende para cumplir este reto debemos tener claro que todos tenemos un grado corresponsabilidad y que todos debemos hacer un aporte pertinente para tener la sociedad del futuro que requiere el siglo XXI.
Bibliografía
Comisión Nacional de Derechos Humanos. México. 2012.
Vilchis, Xavier. La Importancia del Respeto como Valor Fundamental de la Responsabilidad Social. Razón y Palabra.
