El 4 de diciembre del 2001 a las seis de la tarde, después de salir de la empresa Gases del Norte de la que era su gerente, Susana Correa fue detenido en la via entre Cali y Palmira. La accion inesperada de tres jóvenes que resultaron ser milicianos de la guerrilla del Eln tomó por sorpresa a los guardespaldas que la protegían, uno de ellos murió. Eran tiempos difíciles del cruento conflicto colombiano y Susana Correa corría riesgo no solo por su condición directiva sino por pertenecer a una de las familias económicamente poderosas en el Valle del Cauca, propietaria del ingenio Mayaguez.
La decisión familiar, como la de muchas personas que podían ser blanco de la guerrilla era no pagar un peso por el rescate. Susana fue internada, igual que ocurrió con buena parte de los secuestrados del Valle del Cauca en la región del Naya, en la Cordillera Occidental. Un región selvática de difícil acceso para las Fuerzas militares.
El valor del rescate que la guerrilla le hizo llegar a su padre, el industrial Alvaro Correa Holguin fue alta USD 15 millones. Sin disposición alguna para rebajarla. La tensión del país se habia agudizado con los diálogos del gobierno de Andrés Pastrana con las Farc en el Caguán, un periodo en el que los secuestros y las extorsiones se habían multiplicado. Las negociaciones de la familia con los secuestradores estaban en punto muerto.
Proveniente de una familia liberal, con un papá del círculo inmediato del ex Presidente Ernesto Samper a quien representó en la junta directiva de Ecopetrol, a Susana la tomó el cambio de gobierno con la llegada de Alvaro Uribe Vélez con su slogan de Mano Firme, Corazón Grande en cautiverio. Desde su entronizada en la Casa de Nariño el 7 de agosto del 2002, Uribe dejó en claro su política de seguridad democrático que implicaba un combate a sangre y fuego contra la guerrilla de las Farc y el Eln, consecuente con su promesa de campaña con la que se impuso en la primera vuelta frente a Horacio Serpa, el candidato del Partido Liberal.
La firmeza prometida iba acompañada de la decisión de buscar el rescate militar de los secuestrados, que eran muchos, en oposición a cualquier mediación o negociación económica de la libertad. Un anuncio que sembró tensión en las familias, incluida la de los Correa Borrero, aunque compartían la posición gubernamental.
La navidad del 2002 seria la segunda de Susana Correa en condición de secuestrada en la podredumbre de una selva húmeda , de caminatas interminables sobrellevadas con un par de chanclas de plástico con el barro hasta las piernas y el arroz con lenteja como única comida durante días. Estaba en su solitaria lucha por la supervivencia en medio de la adversidad de la naturaleza y de los 15 guerrilleros que la resguardaba cuando irrumpieron las astas de un helicóptero descendiendo sobre el campamento donde estaba secuestrada.
Era el 4 de enero del 2003, cuando el grupo del Gaula irrumpió en el campamento en el que solamente se encontraba un guerrillero vigilando. Fue un rescate limpio en el que no hubo ni forcejeos ni disparos sino una acción rápida de 105 hombres del Gaula de la Policía que pudieron ubicar con precisión el campamento y con el apoyo de la Fuerza Aérea, lograron su rescate.
Su imagen vestida con bermudas acompañada del vicepresidente de la República, Francisco Santos, y el director de la Policía Nacional, general Teodoro Campo en la base aérea Marco Fidel Suárez de Cali, fue presentada como un triunfo de la política de seguridad democrática del Presidente Uribe que apenas completaba seis meses en el gobierno.
El tránsito de Susana Correa al sector público no podía sino ser con Uribe y su naciente partido el Centro Democrático. Fue una de las escogidas por el ex Presidente para formar parte de la lista para el Senado . Aunque Uribisita de primera línea, a pesar de terminar siendo la gerente de campaña no apoyó al candidato Duque en la consulta y fueron muchos los roces entre los distintos sectores en la campaña en el Valle que Correa no logró sortear y donde Duque resultó derrotado frente a Gustavo Petro finalmente y aunque aspiraba al Ministerio de transporte, el Presidente electo la reconoció con el nombramiento como directora del Departamento de la prosperidad social, primer cargo público del orden nacional que ocupa. .