La tragedia de la explosión del camión en Magdalena y la avidez con la que muchos se lanzaron a llevarse la gasolina deja varias impresiones y revelan, más allá de lo evidente, lo sociópata que se ha vuelto la sociedad colombiana, en términos generales, con su indolencia y análisis cortos:
1. Más preocupante que ver gente abalanzándose como hormigas oportunistas y carentes de sentido común al matadero, es ver la celebración de la muerte de muchos internautas que mezcla morbo, amarillismo y un desprecio punitivo que desemboca en burla que mide cuán deshumanizada está Colombia: igual de rápido que llegaron esas personas a robar gasolina, así mismo la gente creó memes y videos al respecto.
Y sabemos que fue totalmente irresponsable, estúpido y oportunista lo que hicieron aquellas personas que llegaron a saquear en masa. Seguramente de estar el conductor atrapado en el camión habrían corrido a sacar gasolina y no a sacarlo a él, cual chulos hambrientos y totalmente indolentes... pero...
2. En un primer momento muchos habremos pensado "quién se le ocurre robar un camión accidentado con material peligroso" y hasta un "se lo merecen, no es que le vayan a echar la culpa a los policías que les avisaron de lo peligroso" sin ver el trasfondo del asunto: pobreza estructural que se traduce en suicidio, falta de consciencia, precarios valores, individualismo, “raponismo”, oportunismo, el robo, todo eso que detestamos como "gente de bien" pero que no vemos las causas.
3. La cultura colombiana que nace del "sálvese quien pueda" y del "vivo" en el que se ve la gente sacando provecho con el mínimo esfuerzo exponiendo su propia vida y la de otros es el resultado de décadas de desigualdad social, falta de educación y oportunidades.
4. Esa misma cultura es la que disfruta sin sonrojo la muerte, la que no hace nada para ayudar a la persona que literalmente se está derritiendo y agonizando al frente. Al final del vídeo, varios oportunistas se perdieron en sus motos, mientras otros gritaban de dolor pidiendo auxilio ante la mirada de los policías. Unos decían “al agua” otros “no, es gasolina no al agua”. Una escena donde se combina la indiferencia, indolencia, el disfrute perverso de la tragedia, la transmutación de la vida en valores paramilitares de limpieza social, clasismo, regionalismo y un karma instantáneo que no justifica ninguna muerte.
Muchos colombianos piensan con el estómago, son viscerales, no reflexionan y viven instintivamente como animales, no solo los pobres. Eso es todavía peor.
Y muchos otros ven el espectáculo, vimos el espectáculo, nos divertimos con Michael Jackson saliendo de las llamas, lo compartimos, le damos me divierte, nos regocijamos en las imágenes de personas carbonizadas, vemos 2, 3 y 8 veces el segundo exacto de la explosión y decimos "qué gonorrea", totalmente irreflexivos e igual de viscerales. Comentan “qué bien carbonizados esos hptas costeños come burras muertos de hambre” para luego subir un post sobre qué tipo de tamal eres y seguir siendo un ciudadano de bien.
En conclusión, un meme en Colombia vale más que una vida y nadie se pregunta el por qué pasa lo que pasa y seguirá pasando.
Y la realidad es que lo que les pasó nos podría pasar a cualquier de nosotros, a usted que lee esto. El día de mañana a usted lo roban, violan, asesinan y nadie moverá un dedo para socorrerlo/a y en el mejor de los casos quedaría reflejado/a en un meme de humor negro para ser devorado por el olvido a los dos días. Fin.
Así es en Colombia: todo pasa y nada pasa.
¿Hasta cuándo?