Aunque la mayoría de la población colombiana estudia en colegios públicos, vale la pena analizar el drama que hoy viven muchos(as) padres (madres) de familia que tienen a sus hijos(as) en colegios privados, empezando por la situación que todos(as) viven (en cuanto al tener que combinar el trabajo, las labores domésticas y la atención de los(as) menores), a eso se suma que se ven amenazados(as) con sanciones económicas si deciden retirarlos(as) antes de la finalización “oficial” del año escolar.
Muy posiblemente esta situación es una oportunidad muy bella para que los padres y las madres se cuestionen sobre la naturaleza de la educación, sobre su propio rol habitual en el proceso educativo, entre otras cosas; pero, ciertamente, también es posible que la mirada no sea solo introspectiva y es altamente probable que muchos(as) hoy estén considerando cambiar a sus hijos(as) de colegio. De esta manera, es c
Es posible que algunos de los criterios que usen los(as) padres(madres) de familia para decidir si mantienen a los(a) niños(as) en las mismas instituciones educativas tendrán que ver con cómo se desempeñan estas en este complejo escenario de pandemia.
Los(as) administradores(as) de algunos colegios se equivocan al imponer multas o sanciones económicas a quienes quieran retirar a sus hijos(as), no solo por la evidente injusticia, sino porque en la misma lógica de los negocios (perversa en la educación, pero ese es otro tema) es una decisión que resulta muy miope en términos estratégicos, ya que permite garantizar cierta estabilidad en el corto plazo, pero no prevé las consecuencias que esto puede generar en las elecciones de los(as) apoderados(as) para el siguiente año.
Relaciono algunos criterios que muchos(as) padres(madres) están analizando hoy para decidir si retiran de la institución a sus hijos(as) o los matriculan en otra, ya sea este mismo año o el siguiente: