Sin duda alguna la corrupción es uno de los problemas más graves que tiene Colombia y América Latina. La corrupción ha estado con la humanidad en toda su historia, ocurre en todos los países sin importar su cultura, claro en unos más que en otros; sucede inclusive en los países más desarrollados, el problema grande, es que en los países en desarrollo como Colombia, el daño social que ocasiona, es mucho más importante que en los primeros. Nuestro país ocupa los primeros lugares de corrupción en América Latina.
En Colombia con alguna frecuencia se dan escándalos por corrupción, como el de REFICAR, el mayor robo de la historia en el país, la ruta del sol (Odebrecht) y los más recientes: Centros Poblados del Ministerio de las TICs, con el robo de 70 mil millones de pesos y el caso marionetas liderado por un senador de la república, donde el robo asciende a 46 mil millones de pesos.
En estos robos al erario público, casi siempre están involucrados políticos, contratistas y funcionarios corruptos. Se han tomado muchas medidas legales para combatirla, pero los hechos demuestran que siempre se quedan cortas y que no asustan a los corruptos, porque después que son cogidos en un delito, terminan pagando penas irrisorias, casa por cárcel, devuelven algún dinero y vuelven a delinquir, como es el caso de los centros poblados, en el cual un contratista involucrado en el cartel de la contratación en Bogotá, pagó penas irrisorias y volvió a delinquir.
La corrupción en Colombia no tiene límites, se roban el dinero destinado a la construcción de carreteras, en general a las obras de infraestructura, necesarias para el desarrollo del país y los más infames: el robo a la construcción de acueductos de municipios atrasados, el dinero para la salud pública y el más aberrante, el dinero para la alimentación de los niños ó la entrega de alimentos en mal estado o de mala calidad.
La corrupción por el daño social que causa, es más grave que los delitos que afectan de manera individual a las personas. El robo a la salud, a los acueductos y para la alimentación de los niños puede causar muertes por la carencia de estos servicios tan importantes.
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¿Qué se puede hacer? Primero que todo un cambio cultural y legal. El dinero público es sagrado, es de todos, así que el que se lo robe, debe tener un castigo muy fuerte. Se debe acabar con ese absurdo de la pena de casa por cárcel y las penas irrisorias, a tal punto que estos delincuentes se dejan el lujo de pagar un castigo muy leve y vuelven a delinquir.
Dependiendo de qué tanto afecta socialmente el delito, las penas deben tener un límite mínimo de años (unos 20), en el caso que devuelvan el dinero robado y se deben ir incrementando de 20 en 20 años, hasta inclusive la cadena perpetua, si el robo causa muertes.
Esto de la cadena perpetua, también forma parte del cambio cultural, pues este tipo de castigo que es común en países de mayor desarrollo social, siempre han sido un tabú para nosotros, es la única manera de poder mitigar este grave delito, aunque no de acabarlo totalmente.