El reino de la incertidumbre, ¿o de la resignación?
Opinión

El reino de la incertidumbre, ¿o de la resignación?

El enfrentamiento entre el director del Banrepública y Minhacienda, máximas autoridades en lo que se supone un debate técnico, es la gota que desborda cualquier credibilidad en nuestros funcionarios

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junio 12, 2019
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Puede ser que como humanidad lo que estamos viviendo se pueda llamar la ‘era de la incertidumbre’. El futuro como especie es tan incierto como el del millón de especies en vía de extinción que dependen que logremos detener la destrucción del medio ambiente. En lo coyuntural cualquier cosa es imaginable que suceda mientras Trump sea el hombre más poderoso del mundo. Y las migraciones, el ‘choque de civilizaciones’, la decadencia del modelo democrático en Occidente, las revoluciones fundamentalistas o prolaicas en las teocracias musulmanes, o el mismo fenómeno económico del gigante chino son variables que no permiten avizorar cuál puede ser el inmediato orden futuro.

Pero si ese es el entorno externo ¿Qué decir de lo qué pasa en Colombia?

Incertidumbre vivimos respecto al ‘acuerdo de paz’ y hacia a dónde nos lleva. Pero infortunadamente no solo en ese tema

Es lógico que quienes detentan el poder defiendan que lo que están haciendo está bien y está produciendo buenos resultados. Como igual lo es que la oposición destaque los aspectos menos buenos del gobierno que esperan remplazar.

Lo que no es usual es que los miembros de la institucionalidad, apelando a la autoridad y al poder que les da el cargo, se encuentren enfrentados los unos con los otros.

En la rama judicial ya es imposible saber cuál de las diferentes jerarquías tiene la palabra definitiva. El principio teórico es que la razón de ser de la Administración de Justicia no es que se establezca dónde está la razón -puesto que lo normal es que cada parte la tenga desde su punto de vista-, sino que se produzca un pronunciamiento que resuelva esa indefinición.

Pero nosotros hemos logrado que nada se defina en los estrados judiciales; ya era muy difícil por el tiempo que podía tomar, pero inventamos ahora los llamados ‘choques de trenes’ que hacen que, ya sea a través del infinito número de diferentes instancias bajo diferentes jurisdicciones, o porque las altas cortes desconocen la autoridad una de otra, el hecho es que nunca se llega al final de los procesos.

En lo político vivimos el absurdo de que el partido que supone ser el de gobierno – es decir el del presidente- aparece hoy como el que más ‘piedra en el zapato’ es para el primer mandatario. No se sabe si hay un programa de gobierno o cuál sería este, porque lo que dijo el candidato no lo mantiene el gobernante, y porque parece que tanto su bancada como su gabinete lo que siguen son las directrices de otro líder.

 

 

No se sabe si hay un programa de gobierno o cuál sería este,
porque lo que dijo el candidato no lo mantiene el gobernante
y porque parece que su bancada y su gabinete siguen las directrices de otro líder

 

Respecto al Legislativo, nada tan evidente como la falta de confiabilidad en que cumplan su función. En parte por el cuestionamiento que se hace a la ‘transparencia’ de sus miembros; en parte porque el tratamiento que le da el gobierno poco contribuye a ‘relación armónica de los poderes’, lo que lleva a la ‘falta de gobernabilidad’, bajo la cual no se logran mayorías ni consensos suficientes alrededor de los proyectos de ley que se proponen, redundando en algo aún más imprevisible con los ‘arbolitos de Navidad’ llenos de micos.

 

 

No se logran mayorías ni consensos suficientes alrededor de los proyectos de ley que se proponen, redundando en algo aún más imprevisible
con los ‘arbolitos de Navidad’ llenos de micos.

 

Lo último es el enfrentamiento entre el director del Banco de la República y el ministro de Hacienda. Aclarado ya que ambos tienen razón en cuanto a cifras -puesto que los dos toman como fuente el Dane. El Dr. Carrasquilla señala que lo que sucede es que las expectativas no se han cumplido porque están atrasadas pero que siguen vigentes (una especie de ‘sí pero no’); y el Dr. Echavarría parece haberle dicho al presidente que no intentó descalificar los resultados sino señalar la necesidad de mejorarlos y para ello destacó una de las causas que lo obstaculizan (la polarización).

Pero la controversia es más de fondo y de personalidades que de análisis económico o de debates técnicos. En cuanto a lo segundo, el ministro no pudo limitarse al tema en discusión sino se lanzó contra la persona que vio como contraparte; no respetó al director del Banco de la República, ni a la entidad que representaba, sino descalificó arrogantemente a quien presentaba una opinión que no era de su gusto.

Y en cuanto al fondo, las cifras que respectivamente utilizaron mostraban la una la situación del momento con la comparacion puntual respecto al año anterior y respecto al mundo exterior, mientras la desestacionalizada lo que destaca es la tendencia que se ve en el momento. Vale aquello de que el uno habla de una foto y el otro de la película.

No estamos ante un vaso que unos ven medio lleno y otros medio vacío, sino que unos nos lo muestran lleno y otros lo muestran vacío. Entre tantas incertidumbres que vivimos, esta, por ser producida por las máximas autoridades en lo que supone ser un debate técnico, es la gota que desborda cualquier credibilidad en nuestros funcionarios.

Como nada podremos hacer para salir del reino de la incertidumbre, nos toca vivir en el reino de la resignación.

 

 

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