Tras la desintegración de Yugoslavia en los primeros años 90 con la independencia de Croacia y Eslovenia, los líderes serbios y serbobosnios decidieron un día adherir territorios y reunir a todos los serbios dispersos por las repúblicas de la antigua yugoslavia en un solo estado: La gran Serbia. Se armaron los ejércitos hasta los dientes y, para lograr sus propósitos, decidieron hacer una limpieza étnica exterminando a los musulmanes que en su mayoría vivían en Bosnia. Hay quienes dicen que esta guerra fue el semillero del radicalismo islámico, pues hay que recordar la tristemente célebre Masacre de Srebrenica, donde fueron asesinados cerca de 8.000 musulmanes a mediados de 1995.
Sarajevo, capital de Bosnia - Herzegovina, contaba para ese entonces con 350 mil habitantes entre los que había musulmanes, serbios, judíos y croatas. Una vez lograda la independencia Bosnia, a través de un referendum en 1992, Sarajevo fue sitiada y sus actividades normales desaparecieron. El ejército serbobosnio se convirtió en su principal verdugo valiéndose de explosiones y francotiradores que no dudaban en disparar a todo lo que se moviera. Allí murieron más de 10 mil personas entre disparos y explosiones a manos de un ejército inclemente y sanguinario.
Para ese entonces resultaba difícil creer que semejante barbarie se estuviera desarrollando en pleno corazón de la civilizada y democrática Europa ante la pasividad e indiferencia de la comunidad internacional - aún hoy siguen con la misma actitud - muy a pesar que la guerra de los balcanes, como también se llamó, era transmitida al mundo en vivo y en directo a través de la televisión.
Para el año 1993, y en pleno apogeo del conflicto, un grupo de ciudadanos de Sarajevo, cansados de no poder llevar una vida normal, decidieron organizar un concurso de belleza al que se unió el director norteamericano Bill Carter, el cual se encontraba filmando un documental sobre la guerra que se vivía en la región; es así como un evento superficial y trivial constituyó un acto de resistencia para los sarajevistas. El premio para la reina coronada sería algo de ropa y un viaje de peregrinación a la Meca.
En el sótano de un teatro fue realizado el certamen con la participación de 13 valientes y ansiosas jovencitas. Además de la gente de la ciudad, acudió también una nube de periodistas, ataviados con chalecos antibalas; cuando las candidatas salieron a desfilar en traje de baño todos quedaron sorpendidos, pues estas portaban una pancarta en la que se leía "Don´t let them kill us" (no dejen que nos maten). Finalmente, el jurado eligió a una rubia de ojos azules y sonrisa amplia de nombre Inela Nogic,una chica musulmana de 17 años de la que se llegó a decir que había muerto tiempo después alcanzada por un disparo de un francotirador; pero la realidad es que gracias al concurso Inela conoció a un periodista holandés que la sacó del país, se casaron y tuvieron 2 hijos.
Una vez finalizada la guerra en 1995, fue este acontecimiento relacionado con el certamen de belleza y el documental de Bill Carter de nombre también "Miss Sarajevo" que inspiró a la bana irlandesa U2, en cabeza de Bono, para componer una de las mejores canciones de su repertorio, "Miss Sarajevo", una balada bellísima y meláncolica, con toques operísticos interpretada magistralmente por Bono y Luciano Pavarotti magistralmente.
La canción nos recuerda que a pesar de las adversidades la esperanza siempre estará presente.