El regreso de los cóndores a las cordilleras colombianas

El regreso de los cóndores a las cordilleras colombianas

Hace tres décadas no quedaban más de 20 sobrevolando los picos del pais, ahora, gracias al esfuerzo de biólogos como Fernando Castro, la cifra ya ha llegado a 200

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noviembre 07, 2020
El regreso de los cóndores a las cordilleras colombianas

En 1989 en el Páramo del Almorzadero en Santander se dejaron de ver cóndores. Los cazadores, los ganaderos, las viejas matronas que querían su sangre para bebedizos, acabaron con una especia que desde 1885 estaba en el escudo de Colombia. En ese año, según el investigador de aves William Brown, sólo estaban en el país en sus dos extremos: en las zonas aledañas a la Sierra Nevada de Santa Marta y en el páramo de Chiles en Pasto. En ese momento la población de cóndores en Colombia no llegaba a los 20.

Ese año fue el quiebre que hoy tiene sobrevolando 150 cóndores en diferentes lugares del país. La idea salió del Instituto de Recursos Naturales, Inderena, que era la autoridad medioambiental de finales de los ochenta, la fundación RenaSer y el ministerio de Medio Ambiente del gobierno Barco quienes le apuntaron a crear el programa Cría en Cautiverio del Zoológico de San Diego. Desde esa fecha se han liberado 70 cóndores en zonas críticas como el páramo de Chingaza en Cundinamarca, Puracé en el Cauca, Chiles en Nariño y el Parque de los Nevados en Caldas además del Parque Nacional Natural del Cocuy en Boyacá. Además, en otras zonas como la serranía del Perijá en Cesar, tierra de los indígenas Barí, y el páramo de Cáchira en Norte de Santander, presentaron indicios de repoblamiento. El hecho de ser soltado después de estar en cautiverio presenta inmejorables condiciones para monitorear y saber más de una especia que, aunque es un símbolo nacional, es todo

Igual estos nuevos avistamientos no sacaron a la especie entre las que son consideradas de riesgo crítico de extinción. Ni siquiera el hecho de que un programa tan ambicioso como es el Proyecto Condor permitiera que soldados vieran a una hembra en el 2012 en el páramo de la Rusia en Boyacá, un lugar en donde, en la era moderna al menos, no se habían tenido avistamientos de estas aves.

Biólogos como Francisco Ciri, líder de la organización Neotropical y el investigador Fausto Sáenz han sido claves para que el sueño de volver a ver al Cóndor volando con sus alas espléndidas por las tres cordilleras, se haga realidad.

El Zoológico de San Diego no es el único del que se han traído a Colombia ejemplares que sirven para reproducirse en cautiverio y enviar a la libertad a sus hijos. El último esfuerzo lo lideró el zootecnista y curador de aves del parque Jaime Duque Fernando Castro. Desde el 2013 se contactó con el Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces en Talagante Chile, el lugar que, con más de 70 aves, es la mayor reserva de Cóndor del mundo. Ese año enviaron tres parejas de aves a Colombia, ninguno pasaba de 10 años. Unos, la pareja conformada por Xue (Macho) y Chie (Hembra), se establecieron en el Jaime Duque, las otras dos parejas fueron a un Aviario en Barú y los otros en Medellín.

Hubo protestas de ambientalistas que reclamaban que los animales fueran puestos en libertad. Sería un error tremendo. Como se puede ver en estos videos muchos ganaderos acusaban injustamente a los cóndores de matar a sus crías. Por eso dejaban reses muertas en sus predios llenas de veneno. Los cóndores llegaban en masa y morían de la peor manera como se puede ver en este video

Uno de los problemas que tienen los cóndores y que los han condenado es su fidelidad. En los sesenta años que viven son monógamos y sólo ponen un huevo cada dos años. Además los machos, con ganas de demostrar poderío, acostumbran a romper los huevos con sus picos. En cautiverio es difícil que el animal pueda acoplarse, acostumbrarse. Cuando se sienten amenazados vomitan para mantenerse ligeros y poder volar con mayor facilidad. Se esperaba que en el Jaime Duque naciera el primer polluelo pero no, la sorpresa se dio en el aviario de Barú.

La pareja tuvo un huevo y alcanzó a nacer. Creían que el calor sofocante de Cartagena iba a hacer imposible el nacimiento. El polluelo duró tres meses. Hasta el momento se desconocen las razones por las que murió.

En el futuro esperan que los cóndores del Jaime Duque, quienes todavía son muy jóvenes, empiecen a empollar huevos. Cuando nazcan serán liberados al cumplir los dos años. Por eso cada vez es más probable encontrar imágenes como esta, que se tomó en el Páramo del Almorzadero, en las montañas colombianas.

 

 

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