El dibujante Osuna, que no decae en chispa e ironía ni con el abundante paso de los años, enmarcó la realidad de nuestro panorama político para el 2026 reuniendo en una caricatura a Germán Vargas Lleras, ( el regañón) Sergio Fajardo( el tibio) y Claudia López ( la gritona). Ellos son, de acuerdo a la última pero no muy creíble encuesta de Invamer, quienes van encabezando la todavía lejana batalla por la presidencia.
Pero, como lo ratifica la ironía del dibujo, el país hace rato los clasificó por las actitudes que cada uno ha tenido repetidas veces a lo largo de su vida pública. Porque aunque la de Claudia no es tan prolongada y llena de curvas, altos y bajos, sacrificios y peligros de muerte como la de Vargas Lleras, el hecho de haber sido alcaldesa de Bogotá y de haberse metido a los gritos en casi todo lo que pretendía administrar, y casi siempre frente a las cámaras, le ha servido para que el imaginario popular la califique como una gritona. De la misma manera el país ha ido clasificando año tras año, campaña tras campaña, la flojera de espíritu y la falta de perrenque de Sergio Fajardo. Más aún cuando de todas esas campañas siempre ha salido derrotado. No hay fortaleza en su tono de voz, ni verticalidad en sus ideas ni agresividad frente a lo que se alcanza a entender que le disgusta.
Vargas Lleras ha resultado tan mal candidato y está tan mal asesorado que será muy difícil verlo en donde tantos compatriotas pensamos que debería ir
Caso muy contrario es Vargas Lleras, que se ha pasado toda su larga vida política regañando. Quizás porque nunca ha tenido un asesor de imagen que le haya hecho explícito la falta de votos por su mal carácter, su franqueza hiriente y su capacidad innata de responder inmediatamente y de forma agresiva a todo lo que puede parecerle un ataque, nadie le quita de encima el remoquete de regañón. Y aunque he dicho muchas veces que Colombia debería tener un presidente con la preparación y las agallas de Vargas Lleras, ha resultado tan mal candidato y está tan mal asesorado que será muy difícil verlo en donde tantos compatriotas pensamos que debería ir.