Ya son pocas las tardes en que los vecinos del barrio Altos de Riomar ven caminar a Julio Gerlein. No solamente es el paso lento de sus 82 años, son los problemas que se la han venido de golpe. El romance con Aida Merlano le puso a tambalear su matrimonio de 60 años con Margarita Villa Zambrano y terminaron separando las habitaciones. El divorcio nunca fue contemplado, por eso siguen viviendo bajo el mismo techo en el exclusivo sector residencial de Barranquilla.
Al escándalo mediático se le sumó del traspiés económico de la empresa familiar Valorcon que fundó junto con su hermano, el eterno senador Roberto Gerlein (q.e.p.d) formando una de las duplas más voraces y poderosas de la Costa Atlántico y que hoy está en en el ojo del huracán por las irregularidades en la remodelación del Aeropuerto Ernesto Cortissoz y la caducidad del consorcio Navelena, encargada de devolverle la navegabilidad al rio Magdalena, de que eran socios con Odebrecht, para citar solo de las dos de las obras con problemas.
Julio Gerlein cambió su oficina en la Carrera 64 con 86 por el Juan Valdés de Altos de Riomar que se convirtió en su cuartel general, y el único lugar que visita. El café es la excusa para saborear la nostalgia, por que sus victorias ya son cosa del pasado. Sus finanzas son manejadas por Julio Eduardo, su único hijo varón, quien le controla la chequera. La última vez que celebraron fue en el 2015 en la Plaza de la Aduana de Barranquilla cuando se ganaron la obra de remodelación del Aeropuerto Ernesto Cortizzos y el entonces presidente Juan Manuel Santos quiso estar en la firma del contrato.
Sus otras dos hijas, Margarita Eugenia y Liliana Amira fueron drásticas con él y no le perdonaran el haber manchado el apellido familiar, con lo cual el Julio Gerlein optó por aferrarse a su más preciada fortuna: el afecto de sus doce nietos.
Su consentida es María Margarita Diazgranados, uno de los cuatro hijos que tuvo Margarita Eugenia con Régulo Díazgranados, un matrimonio que sirvió para unir a dos familias tradicionales e influyentes de Atlántico y Magdalena. La llama Maqui con cariño, cada vez que sacude su imagen de recio empresario.
En su época dorada, Julio Gerlein era capaz de echar la casa por la ventana solo para ver sonreír a Maqui. Cuando la coronaron Reina del Carnaval de Barranquilla en 2014, preservando esa vieja tradición familiar, contrató 500 bailarines, le mandó hacer quince vestidos con piedras preciosas y llamó personalmente a Juan Luis Guerra para que se presentara en el estadio Romelio Martínez en la noche de la coronación. Al rey del merengue le pagó mil millones de pesos. Una fiesta parecida a la que tuvo en el 2017 cuando fue llevada al altar en la Iglesia Inmaculada Concepción por su abuelo quien la llevó hasta el altar donde la esperaba su novio Armando José Cuello Navarro.
Las decisiones más importantes de la vida de Maqui y de su melliza Catalina María han tenido el visto bueno de su abuelo. Es gracias a él que montaron un negocio de confección de ropa deportiva en 2013, desde entonces un boom en el nicho cada vez más grande del mundo fitness. La mano de Julio Gerlein fue tan importante, que el nombre de la empresa Maqui, fue idea de él. También aconsejó a Catalina María de hacer sobre su empresa la tesis con la que consiguió su título de Ingeniera Industrial de Los Andes. La empresa de ropa deportiva de sus nietas es el único negocio donde su hijo Julio Junior le permite meter la cucharada.
Andrés Felipe Diazgranados, hermano de las mellizas, siguió los pasos de su abuelo en el sector de la construcción, pero alejado de la empresa familiar Valorcon. Poco visita la casa de sus abuelos en Altos de Riomar y trabaja con la competencia, la Constructora Urbamoras de Barranquilla, conocida por sus proyectos de vivienda de interés social, los mismos con los que su abuelo construyó un imperio.
El único nieto que decidió dedicarse a Valorcon fue uno de los hijos de Liliana Amira con Javier Cuello: Juan Manuel Cuello Gerlein. Antes de cumplir los treinta años ya era un pez en el agua en el sector de la construcción, pero no logró zafarse de los enredos de su abuelo. En 2021 la empresa familiar, ya declarada en bancarrota y sin poder continuar con su operación tuvo que cederle 22 proyectos de vivienda gratis -un contrato que tenía con el Ministerio del Interior- a otras empresas para terminar los proyectos. Sin embargo, estas empresas eran de los Gerlein. Una de ellas se llamaba Construcorp, cuyo representante legal era nadie menos que Juan Manuel Gerlein, que tuvo que salir a los medios de comunicación a apagar los incendios de malas decisiones familiares. El intento de salvar Valorcon creando empresas fantasmas terminó quemándolo y poniendo su nombre en el escarnio público.
No es la única empresa familiar en la que Juan Manuel Cuello Gerlein figura como representante legal. También lo es de Obraci Construcciones que logró el 25% de un contrato de $ 82 mil millones para intervenir la Ciénaga de Mallorquín en el Atlántico. Este negocio lo comparte con el cuestionado megacontratista Faisal Cure quien tiene el 75% del contrato y fue acusado por Aida Merlano de financiar su campaña en 2018 con 6.000 millones de pesos en complicidad con Álex Char.
No todos los Gerlein nacieron con la vocación de negociantes. Javier Cuello Gerlein, hijo también de Liliana, es un rebelde bohemio que se dedicó a la música, quien se ha robado el afecto más de la abuela Margarita Villque de Julio Gerlein. Fue ella quien le posibilitó tomas clases de piano antes de que cumpliera los siete años. Quería que Javi, como lo llaman desde su época en el colegio Parrish, fuera un pianista clásico, pero a él eso de las Variaciones Golberg no era que le gustara mucho, lo de él eran los clásicos, pero del vallenato como los Hermanos Zuleta o Diomedes Díaz.
Javier Cuello sería el primer Gerlein en cantar en la tarima del Parque de la Leyenda Vallenata en pleno Festival, los expertos afirmaron que el muchacho podía llenarse estadios si quisiera. Pero no pudo escapar a los compromisos de su apellido y cedió ante las exigencias de sus padres de estudiar administración de empresas en el CESA. Cuando se graduó, lo primero que hizo fue irse del país a perseguir su sueño en Miami donde se encuentra trabajando en producción y composición de música, lejos de los escándalos.
El viejo patriarca en su cuartel de invierno tiene un bálsamo para las heridas que le ha generado los escándalo que rodearon sus últimos años: el cariño de sus nietos más cercanos. Entonces el café del Juan Valdez no le sabe tan amargo.