Los grandes medios de comunicación suelen centrar sus intereses en los líderes con los discursos más despampanantes y que mueven más masas con sus storytellings y presencias o figuras de autoridad y de imponencia patriarcal al más estilo venezolano del expresidente y fallecido Hugo Chávez o del ejemplo viviente y colombiano Álvaro Uribe Vélez.
A diferencia de los líderes de las más radicales izquierda y derecha política y económica mencionados anteriormente; este hombre que lucía más de perfil bajo, con un liderazgo soft; no fue menos efectivo, diplomático, asertivo y hasta contundente. Porque además, no habría otra manera de explicar los cientos de miles de personas que asistieron a su funeral aquel 28 de octubre de 2010.
A casi cinco años de su muerte, este hombre significó varios logros para su país, Argentina, como el aporte para la consolidación del bloque de los países de la América del Sur; debatiéndose con otras figuras políticas que en su momento absorbían la atención del mundo, como: Hugo Chávez, George Bush, Lula da Silva, Jacques Chirac, José Luis Rodríguez Zapatero, Álvaro Uribe, entre otros.
Fue justamente entre el 25 de mayo 2003 y el 10 de diciembre 2007, que este hombre compartió con sus homólogos jefes de Estado, tiempos decisivos para políticas locales, regionales y de impacto mundial.
Suele usarse jocosamente en Colombia la frase “andáte a la Patagonia”, por no decir “andáte a la mierda”; y qué talento el que salió de lo más profundo del sur de Argentina, por allá en Río Gallegos, en Santa Cruz: Néstor Kirchner.
El expresidente argentino bajó la tasa de desempleo del 18 % al 8 % y redujo la pobreza del 47 % al 23 %; esto se evidenció también en el nivel de indigencia: a 2007 eran ocho los argentinos que se hallaban en dicha condición, cuando comenzando su gobierno la estadística era para 20 de cada 100 (según informe).
De igual manera, “el salario mínimo en su momento estaba en 200 pesos argentinos pero bajo su gestión, lo llevó hasta los 980 pesos (70 dólares en 2003 y 313 en 2007, respectivamente); un incremento del 380 %, y las pensiones mínimas subieron de 150 a casi 600 pesos”.
Invaluable fue también su labor porque derogó las leyes de Punto Final y Obediencia Debida e indultos que hasta el momento protegían a los causantes de la última dictadura militar argentina que (1976-1983).
Pero su mayor esfuerzo fue detener el avance de la "ayuda" de George W. Bush con préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y con pretensión de imponer el Alca (Área de Libre Comercio de las Américas).
De manera muy diplomática pero directa, el expresidente argentino le manifestó a Bush en la IV Cumbre de las Américas en Mar del Plata, el 4 de noviembre de 2005, lo que no quería ni le convenía a la Argentina (ver video).
Finalmente, su alegría no pudo ser mejor al compartirle a su nación el 15 de diciembre del mismo año, que se habían quitado de encima al FMI, porque se cancelaba toda la deuda del país por valor de 9.810 millones de dólares y en un solo pago (escuchar discurso).