El ingenio colombiano no conoce límites ni con la pandemia encima. Es un poco el mundo al revés: entre más precarias sean las condiciones, pareciera que la gente encontrara más vías para su creatividad. En éstos meses de confinamientos y recesión, hay que sacarse el sombrero frente a líderes en territorios apartados, con graves problemas de conectividad a internet que, sin ponerse de acuerdo unos con otros, consiguen, a como dé lugar, responderle a sus comunidades haciendo uso de lo que tengan a la mano para comunicarse. En el sur del Tolima, en Córdoba, en el Caquetá, en Santander, en el Valle, en el Bogotá rural, abundan los ejemplos del rebusque digital.
Quienes hemos tenido la oportunidad de estar conectados para trabajar en la virtualidad, los más afortunados, hemos aprendido a movernos, trastabilleando más o menos, en las ya famosas suites, sean zoom, google meet, teams o webex que, con sus diferencias, son más o menos equivalentes. Aún así, muchos de los que cuentan con internet en las grandes ciudades, por ejemplo, profesores de universidad y colegios, no han sabido cómo usar las herramientas de la tecnología para ofrecer buenas clases. Siguen creyendo que el carretazo de una hora que echaban en el aula antes del Covid, había que transmitirlo ahora en la virtualidad, atiborrando, además, de power-points y pe-de-efes a los estudiantes. Craso error. Desperdician las enormes posibilidades que la tecnología ofrece en los ambientes pedagógicos, abrumando y aburriendo a sus estudiantes. Las universidades y muchas instituciones educativas, con pocas excepciones, fueron sorprendidas por el frenazo de las clases presenciales y no se tomaron la molestia de prepararlos para procesos que, antes de la pandemia, ya se anunciaban con pasos de animal grande. La cuenta de cobro con grandes cuotas de deserción ya ha llegado.
Hace pocos días, entre más de quinientos concursantes, un grupo de maestros del sur del Tolima se ganó el Premio Compartir al Maestro de la categoría “colectivos”. Docentes coaligados de los municipios de Chaparral, Planadas, Ataco y Ríoblanco, se inventaron un programa, “Voces del Sur” que, por radio, redes sociales como facebook, whatsapp, instagram, haciendo uso de distintos formatos digitales como los podcasts, han sido exitosos en comunicarse con los alumnos, las familias y la comunidad educativa. Programa hijo de la pandemia, en el contexto de una situación que todo docente rural conoce: que la conectividad no existe para la inmensa mayoría de de hogares campesinos.
Como lo reconoce el gobierno nacional, “...en Colombia solo el 4.3 % de los hogares rurales contaban con conexión a internet fijo en 2018, en comparación con el 50.8 % en zonas urbanas” (Conpes 4001, 2020). Inequidad brutal que ha empujado a numerosos líderes a ingeniárselas aún en medio de la pandemia.
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Solo 4.3 % de los hogares rurales tenían conexión a internet fijo en 2018, inequidad brutal que ha empujado a numerosos líderes a ingeniárselas en medio de la pandemia
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De ahí que sea maravilloso que líderes como Alirio González, desde Belén de los Andaquíes (Caquetá, Escuela Audiovisual Infantil), se esté inventando las formas de conectar a los niños. “Relatos compartidos”, también producto de la pandemia, es un programa de trabajo colaborativo entre niños que producen videos muy breves en los que, sin moverse de sus casas, se distribuyen las cargas: unos hacen las historias, otros las dibujan, otras las narran, otros las producen. Pueden ser deberes escolares, campañas de distanciamiento social en el piedemonte amazónico, la promoción de turismo ecológico en hermosos lugares. La última, disponible en youtube, es una saga, “Las P”; la primera entrega, de hace dos semanas, se refiere a “proyecto”: cómo construir historias; anuncian la segunda, “preproducción”. Niños y jóvenes, en plena pandemia que rescatan su territorio contando lo que viven...
El Festival Petronio Álvarez, semejante institución que, alrededor de la música afrocolombiana, en 23 ediciones ha unido a 28 municipios en torno a Cali, que ha promovido la gastronomía, la moda, la perfumería afros, la construcción de instrumentos y la creación de múltiples escuelas musicales y otros festivales, es decir, actividades propias de la presencialidad, se realizó este año, por motivo del coronavirus, en la virtualidad. Según la Secretaría de Cultura de Cali, el Petronio Virtual tuvo 962.000 seguidores en redes sociales...
En youtube, con la inspiración de Iván Triana, creador del proyecto Biblioseo, aparecen niñas y niños de la vereda Quiba Alta de Ciudad Bolívar, comunicándose entre sí, bien para contar acerca de la construcción de una biblioteca en la vereda, para compartir la manera de hacer una huerta o bien cómo piensan dejar sus huellas en la comunidad. Niños campesinos bogotanos de zonas desfavorecidas que se comunican y crecen con sus sueños en plena pandemia, que creen en el país.