El racismo solapado en el Cauca

El racismo solapado en el Cauca

"Debemos cerrar la página abominable que algunos pretenden revivir con sus gestos ofensivos"

Por: Ezequiel (Ziqui) Henao
noviembre 19, 2020
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El racismo solapado en el Cauca

En esta ocasión nos parece relevante realizar una reflexión teniendo en cuenta el contexto actual de rechazo a los últimos hechos y gestos con claro tinte racista que se han presentado en la capital del Cauca con los que intentaron caricaturizar a un funcionario del gobierno seccional.

Ya se habían presentado en las paredes de algunas vivienda del sector histórico de Popayán grafitis con mensajes discriminatorios y ahora en algunos medios periodísticos y de opinión se ridiculiza la voz de Luis Cornelio Angulo Mosquera, secretario de Gobierno, con una mofa que destila más bien un tufillo de prejuicio racial solapado.

Todo pareciera apuntar a que a ciertos círculos del notablato de la “patojocracia” payanesa no les ha gustado que un negro nortecaucano por primera vez llegase con el favor popular a ocupar la gobernación del departamento.

Y es ahí donde el mandatario seccional Elías Larrahondo Carabalí no solamente haciendo historia, sino que con el compromiso de sus convicciones y principios debe apuntar a dejar huella, sentando que están equivocados quienes pretenden a falta de argumentos y celos políticos burlarse de quienes gobiernan con prejuicios y estereotipos que provocan más bien comportamientos discriminatorios que no hacen sino atentar contra la dignidad humana de todos los caucanos.

Por ello es vital la sensibilización y la concienciación de nuestra sociedad caucana y de las comunidades afro, que junto a los pueblos indígenas son víctimas de lo que por desgracia todavía hoy existe: la lacra del racismo, que perdura en ciertas círculos anquilosados en pensamientos coloniales y esclavistas, actuando como un sesgo perverso y odioso.

Hay en el Cauca quienes no se han dado cuenta de que solo hay una raza (la humana), que todos somos miembros de ella, que merecemos respeto, y que el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia constituyen graves violaciones de todos los derechos humanos y obstáculos al pleno disfrute de los mismo. Así se niega una verdad evidente: que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y en derechos. De ese modo se constituye a la postre un obstáculo a las relaciones pacíficas y de amistad entre los pueblos y las comunidades, figurando entre las causas básicas de muchos conflictos innecesarios.

Así pues, no es menos cierto que debido a la exclusión y a la discriminación, los afrodescendientes del Cauca y de Colombia han tenido casi tres veces más posibilidades de vivir en la pobreza, tienen menos acceso a la educación y al empleo, y están poco representados en cargos de toma de decisiones.

Sin embargo, la aparición de una clase política afrodescendiente y el crecimiento de sus organizaciones han empujado desde varios escenarios de la democracia a incorporar cambios constitucionales y estilos de gobierno respecto a la discriminación, derechos de propiedad y el reconocimiento étnico racial de esta población. Con lo que también nacen oportunidades para que los gobernantes y dirigentes que representan la raza contribuyan desde sus espacios a demostrar capacidad y empoderamiento, e impulsar campañas y hechos reales en contra de la discriminación.

La esclavitud y la trata de esclavos, en particular la trata transatlántica, fueron tragedias atroces en la historia de la humanidad, de Colombia y el Cauca, no solo por su aborrecible barbarie, sino también por su magnitud, su carácter organizado y, especialmente, su negación de la esencia de las víctimas. Es por ello que en el Cauca debemos cerrar la página abominable que algunos pretenden revivir con sus gestos ofensivos.

En consecuencia, se deben afrontar y eliminar los estereotipos raciales, y las organizaciones afrodescendientes deben aumentar su participación y papel de negociación. De igual modo, se debe hacer respetar el derecho a mejorar las condiciones de vida de los pueblos negros, que les permita tener protección y combatir con inteligencia y vehemencia la pobreza, la exclusión y la marginalización.

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