Luis Diaz era un humilde niño de Barrancas Guajira. Se crio viendo como los carros atestados de carbón salían del cerrejón. Medio menos de lo que podía medir un niño blanco de su edad. Los Wayuu no tenían derecho a comer tres veces por día, ni a educarse, ni a tener zapatos. En una Copa América indígena el Pibe Valderrama lo conoció. Se lo recomendó a los Char, lo compraron para el Junior y en el 2019 lo contrató el Porto.
En la otra Copa América, pero esta si la verdadera, la del 2021, salió goleador y si la Conmebol no tuviera los compromisos que tiene con Messi y los dueños de su pase, lo hubieran nombrado como el mejor jugador del torneo. Uno de sus goles, el que le hizo a Brasil de volea, estuvo entre los mejores del año.
Su cotización se disparó, al igual que su nivel con el Porto donde es el goleador del torneo a pesar de que no es Nueve neto, de que es un extremo, que debe desbordar para meter centros y otro cabecee. El nuevo Garrincha es una de las joyas mas preciadas del mercado de invierno. El Liverpool y su entrenador Jurgen Klopp estaban obsesionados con contratarlo. Por eso, en estos momentos, un delegado del equipo inglés viaja a la Argentina para cerrar un contrato de 60 millones de euros que pagará el Liverpool para quedarse con el jugador de la Guajira.
Liverpool, la ciudad donde arrancó la revolución del rock con los Beatles en 1962 recibirá sesenta años después a un colombiano, no a tocar en una banda de rock sino a ser parte de uno de los ataques más feroces que podamos ver en el fútbol contemporáneo.