En la reforma progresiva planteada por Petro y Ocampo, deberían aprovechar, para eliminar exenciones por 10,4 billones pesos a los megarricos y no solo escasos 5,12 billones, como se ha presentado
Esta es la expresión que resume la reforma tributaria presentada por el gobierno de Gustavo Petro.
Es decir, es progresiva. Totalmente distinta a las presentadas por la plutocracia neoliberal instalada desde 1990 hasta el pasado 7 de agosto.
Comparémosla al menos, por la recordación próxima que de ella se tiene, con la presentada por Duque y Carrasquilla el año pasado y que fue el florero de Llorente del estallido social.
Allí se extendían los impuestos del IVA del 19 % a la canasta básica familiar y se ampliaba la base tributaria de personas naturales, cobijando a todo trabajador con ingresos superiores a 2,4 millones de pesos, con lo cual recogerían $27 billones de pesos Es decir impuestos regresivos, pues se los imponían a los sectores populares. Los que menos tienen, pagarían los mayores tributos al estado.
Hoy los empresarios, encabezados por la dupla Andi y Fenalco, los más visibles en representación del empresariado, dicen que la economía no resiste que se le extraigan 25 billones de pesos, ,como reforma tributaria. Sin embargo, cuando fueron los 27 billones de la de Carrasquilla, nunca les pareció alta.
Al respecto la conclusión es obvia. Si eran 27 billones de los sectores populares, pues poca cosa importa, pero si son 25 billones de las "pobres viejecitas", como las llamaría el poeta Pombo, eso sí son muy importantes.
Digamos eso sí, que en este caso de las "pobres viejecitas", los impuestos nacen del criterio progresivo, de que el que más tiene más paga. De esta manera de "llorar", por parte del gran empresariado, no se arroja más que una expresión de mezquindad empresarial. Bien que les quiten a los pobres y muy mal si les quitan a los megarricos.
Por eso, y pretenden naturalizarlo, Colombia es uno de los países con mayor desigualdad del planeta.
La desigualdad se combate, entre varias opciones, cobrando impuestos progresivos. Así lo enseña el economista Tomás Piketty, en su libro Capital e ideología de 2019.
A renglón seguido la Andi y Fenalco, nos dicen que esta reforma tributaria sólo podría ser, máximo, de unos 8 billones de pesos.
Este es el colmo de su desconsideración con un país que ha sido dejado con el mayor déficit fiscal, la mayor deuda externa, raspada la olla, con vigencias futuras a 10 años, amarrados billonarios contratos, etcétera, en el cual es muy difícil construir sobre lo destruido.
Y es desconsiderado, pues en la reforma tributaria de 2020, hecha por el mismo Duque y Carrasquilla, fueron premiados con una reforma que en vez de recoger mayores tributos de los que más tienen, fueron premiados con unas exenciones por valor de 10,4 billones de pesos, que incluso, en medio del estallido social, el presidente de la Andi, propuso devolver y que el minhacienda de ese momento José Manuel Restrepo, no atendió.
No se entiende entonces por qué ahora, a precios de hoy, no se hace siquiera el mismo ofrecimiento. ¿Será porque el presidente de hoy se llama Gustavo Petro?
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En la reforma progresiva de Petro y Ocampo, deberían aprovechar para eliminar exenciones por 10,4 billones pesos a los megarricos y no solo escasos 5,12 billones, como se ha presentado
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Por eso, se puede señalar, que en la reforma progresiva planteada por Petro y Ocampo, deberían aprovechar, para que se eliminen esas exenciones por 10,4 billones pesos y no solo por escasos 5,12 billones, como ha quedado presentado.
Teniendo en cuenta los argumentos de la cuantía y la procedencia, no se puede menos que señalar que la argumentación para oponerse a la actual reforma tributaria, es absolutamente desconsiderada con el país.
Llevan 32 años clavando a los colombianos de a pie con impuestos regresivos, que nos han llevado a ser de los países más desiguales y hoy, que los excluidos de siempre, han logrado elegir un gobierno popular, quieren sabotear ese clamor, realizando un profundo cabildeo en el Congreso para intentar desbaratar el acuerdo nacional mayoritario, que podría por primera vez en este tiempo señalado, aprobar una reforma que desarrolla el criterio democrático y progresivo de que los que más tienen más pagan.
Estos recursos como lo ha reiterado el gobierno, son absolutamente indispensables para atender la inversión social contra el hambre, la pobreza y el desempleo, cuestiones medulares para lograr que el país entre en un sendero de paz y prosperidad.
Hoy se sabe que el uribismo del Centro Democrático está convocando movilizaciones para oponerse a esta reforma tributaria, pues se incomodan los megarricos cuando se les pide que devuelvan algo de sus inmensos privilegios y beneficios que han impuesto en, por decir algo, en los últimos años de sus gobiernos neoliberales.
Si se quiere que el gobierno del cambio del presidente Petro, pueda lograr cambios, se requieren nuevos recursos, como estos 25 billones de esta progresiva reforma. Se necesita entonces cerrar filas alrededor de esta propuesta, recurriendo incluso a la movilización social para hacerle entender al congreso actual que no le pude dar la espalda al pueblo que lo eligió.
Posdata: el 8 de septiembre se realiza en Bogotá la Conferencia Nacional del Trabajo convocada por las centrales obreras CUT, CGT y CTC para presentarle al gobierno nacional, la agenda laboral que tanto necesita el país para recuperar los derechos conculcados por los gobiernos neoliberales y hacer viable el estatuto del trabajo, una deuda del país con los trabajadores ordenada por el artículo 53 de la Constitución del 91.
Twitter: fabioariascut
