Cada cual ve la política y su dinámica a su libre antojo y conforme a sus cegueras propias para que, con base en sus convicciones casi religiosas, extraiga sus verdades irrefutables sobre el futuro que se avecina.
Y cada cual sólo mira la esquina que quiere ver.
En ese orden de ideas, en estas cortas líneas expondré cuál es mi visión de la esquina que veo (bastante fea, por cierto) y por qué creo que Colombia pasa por uno de los momentos más duros de su historia y cómo aquel señor que gobierna desde 2002, lo seguirá haciendo quién sabe por cuántos años más.
Se subió en 2002 tras aquellos desastrosos gobiernos de personajes siniestros como Gaviria quien tuvo a bien enterrar al Partido Liberal, un señor Samper a quien nada le importó probar las platas del narco o un Pastrana a quien solo le encantó aquella foto con Aznar mostrando los dientes. Mientras se daban esos gobiernos, y todos los anteriores, el país recordará cómo la corrupción iba tomando cada vez más sus confianzas y cómo la guerrilla andaba a sus anchas por las carreteras pavimentadas o sin pavimentar.
Hasta que llegó el patrón y puso orden en la casa. Me explico: le metió la encerrona a la guerrilla y mientras estuvieran en sus esquinas bien escondidos y sin hacer ruido a nadie le importó que la corrupción siguiera a sus anchas ya que al fin podríamos salir a nuestras fincas.
Y fue presidente por ocho años y adorado por la gente.
Montó en la bicicleta a blablablá Santos y cuando este le hizo pistola solo ganó el más afín a los amigos de Odebrecht que no era otro que el mismo Santos, pero cuando al país se le preguntó si quería aquella colcha de retazos que se nos vendió como “la paz”, claramente el ganador fue el No del amigo Uribe, y el pueblo colombiano dijo a gritos que siguiera la guerra sagrada con tal de no darle ni los buenos días a los señores de las Farc. Y el marrullero de Santos se inventó todo eso del fast track ya que por lo visto perder no es lo suyo y el caso concreto a día de hoy es que a nadie inquieta qué fue aquello del Agro Ingreso Seguro, si sus hijos son unos potentados hoy y a costa de qué, lo de los falsos positivos no es nada y al colombiano solo le interesa mano dura que hace mucha falta contra esos terroristas, y si es a costa de la libertad de expresión de unos pocos a quienes nos inquieta demasiado la libertad sin límites pues solo nos resta rezar para que no digan por ahí que también hay que darle en la jeta marica a esos libertarios que también son terroristas.
Montó en la bicicleta a blablablá Santos y cuando este le hizo pistola
solo ganó el más afín a los amigos de Odebrecht
que no era otro que el mismo Santos
El que dice Uribe habla de mil cosas, de aquí y allá, hasta de aguacates, pero la foto que todos quieren ver es la de la voz detrás del trono, aquel gamonal de pueblo, el machito de bar que se da con todos, el frentero que con dos de esas le puso el tate quieto a la far, aquel señorón que va a ser presidente del Congreso y quién sabe qué más cosas.
Malos momentos. Estados Unidos gobernado por un señor que asusta si entra con uno al baño, Venezuela con el que dijo Chávez y Colombia con el que dice Uribe.
Y hablando de…
Y hablando de momentos, bonitos aquellos que vivimos con la remontada contra Francia. La cosa promete.