Durante trece años Carlos Giraldo representó a su hija, Carolina –convertida luego en Karol G-, en su incursión a la música que arrancó en el año 2006 cuando participó, al lado de Marbelle, en Factor Xs, cuando llegó a semifinales. Fue una lucha continua que obligó a Giraldo a dejar su proyecto, un grupo de rock en Medellín, buscando consolidar la carrera de su hija. El éxito llegaría en el 2017 cuando, ya con el nombre artístico de Karol G, se convirtió en un fenómeno de la música urbana.
Pero el salto de calidad y éxito comercial lo daría cuando en el 2021 el propio Carlos Giraldo decide dar un paso al costado y le aconseja a su hija acercarse a Noah Assad, el puertorriqueño que ha redefinido el reggaetón y que consagró a Ozuna y Bad Bunny.
Con apenas 32 años la revista Rolling Stone lo ha proyectado como uno de los grandes cerebros de la música universal en las próximas tres décadas. Su compañía, Rimas Music Entertainment, factura cerca de 300 millones de dólares al año gracias al éxito que tienen sus artistas en Youtube. Con Assad Karol G pudo tener golpes publicitarios tan fuertes como el que obtuvo su colaboración con Shakira.
El productor fue el puente con la barranquillera y a él fue el que se le ocurrió hacer un dueto entre las dos despechadas. La ruptura de Karol G con Anuel fue tan publicitada como la de Shakira con Piqué. En 48 horas la canción TQG ha obtenido más de 70 millones de reproducciones en Youtube.
La fortuna de Karol G asciende hoy a USD 25 millones de dólares y ha crecido exponencialmente en los últimos dos años. La mano del mago del reggaetón ya se empieza a ver.
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