Toda Colombia recuerda el triste caso de Pancho y Chita, los chimpancés asesinados a manos de sus custodios quienes les dispararon porque según ellos eran un peligro para los seres humanos. Todo empezó el 23 de julio cuando Pancho, un hábil primate que había sido entrenado en el Circo de los Hermanos Gasca desde que era bebé, logró escapar por un descuido de sus guardianes. Presuntamente él sabía abrir cerraduras gracias al entrenamiento que tuvo en el circo.
Una vez en la calle los chimpancés huyeron por un tiempo de sus cuidadores pero en la noche al ver que no podían atraparlos decidieron dispararles. La senadora animalista Andrea Padilla, cuestionó este cruel acto en el debate de control político en la Comisión Quinta del Senado: “la lucha contra el tráfico y la comercialización de animales debe ir de la mano de la construcción de instalaciones donde se aseguren bienestar animal, procesos óptimos de rehabilitación y liberación, y alojamientos dignos para los que no podrán ser reintroducidos a su hábitat natural”. afirmó.
La senadora está buscando el traslado del tercer chimpancé que convivía con Pancho y Chita, en el Bioparque UKUMARÍ, de nombre Yoko, el único que queda. La propuesta es trasladarlo al santuario de Sorocaba en Sao Pablo, Brasil, donde reciben primates rescatados de situaciones violentas y les dan una vida digna.
El inconveniente, es que Yoko nunca pudo socializar con Pancho y Chita ni con ningún otro animal, por lo que se está evaluando si sería bueno llevarlo a ese lugar. Si esto se lograra, Colombia sería el primer país en el mundo en declararse libre de jaulas para grandes simios. El proyecto se está llevando a cabo y aún no se conoce la decisión definitiva.
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