El profe influencer que la está rompiendo en redes con clases divertidas

El profe influencer que la está rompiendo en redes con clases divertidas

El profe Jordi da sus clases en un colegio de Tunjuelito compartiendo el día a día con sus estudiantes a través de redes sociales convirtiéndose en un éxito digital

Por: Carolina Ochoa
octubre 11, 2022
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El profe influencer que la está rompiendo en redes con clases divertidas
Fotos: @el_profe_jordi

Un docente que se dio cuenta en pandemia, que a través de las redes podía conectar con sus estudiantes convirtiéndose en un profe influencer.

“El hacinamiento en las aulas que se manifiesta cuando debes darles clase a cuarenta, cuarenta y cinco e incluso más estudiantes; lo cual perjudica tanto la manera en la que enseñas como la enseñanza que se recibe”.

En un país donde ser docente es todo un reto Jordi Romero Castillo de 34 años nació en Bogotá se atreve hablar abiertamente de que necesita la educación de Colombia.

Este historiador de la Universidad Nacional de Colombia y Magíster en Estudios Sociales de la Universidad del Rosario, ha sido docente de Ciencias Sociales en secundaria por diez años; actualmente trabaja en un colegio público de la Localidad de Tunjuelito y es autor del libro:

“¿Qué hay detrás de las buenas notas?: Enfrentarse exitosamente con la escuela pública”.

Jordi es creador de contenido para las redes sociales, con un éxito contundente y en su perfil se destaca la frase: “Sueño con una humanidad vegana”.

Hablamos con él para conocer un poco del mundo de este docente e influencer, que lleva un mensaje de paciencia, convivencia y educación de calidad a sus estudiantes y seguidores:

¿Cómo llega a ser un profe influencer?

Todas y todos los docentes somos influencers por defecto, no puede ser de otra forma cuando estás bajo el cuidado y la formación de cientos de personas cada semana.

Pero, como un influencer, en términos digitales, como el profe Jordi nace durante el confinamiento al que nos obligó la pandemia. Lo que surgió como una idea y una necesidad para llegarle a mis estudiantes a la distancia se convirtió en una forma de compartir contenido para un público más general y diverso desde diferentes plataformas.

¿Qué opinan sus alumnos y compañeros de trabajo?

A mis estudiantes mi visibilidad en las redes les causa todo un mar de sensaciones: hay quienes se asombran, hay quienes sienten orgullo y hay quienes sienten vergüenza.

Pero, por fortuna, son muchos más los primeros, esos que aplauden tu trabajo y te aprecian: que un profesor y, además, "su profesor" sea viral y alcance números de vistas a la altura de otros influencers no deja de ser algo tan curioso como admirable.

Con mis colegas, en cambio, sucede algo extraño: cuando tengo oportunidad de coincidir con aquellos y aquellas que no trabajan en mi colegio recibo muchas felicitaciones, aplausos y reconocimiento; me ven como un influencer que visibiliza de forma positiva este trabajo bonito pero lleno de dificultades. Pero en mi colegio el escenario no es el mismo. Soy una especie de Mahoma, de profeta en tierras ajenas.

¿Cuál su gran sueño?

Mi gran sueño es permitirme con lo que hago una vida digna, pero digna a en el amplio sentido de la palabra: tan digna que me permita al mismo tiempo que satisfacer plenamente las necesidades básicas, tener la oportunidad de hacer cosas como conocer otros países o, en algún momento, fundar un santuario de animales.

En lo que tiene que ver con mi profesión, mi sueño es impactar de una manera significativa para transformar el sistema educativo y dignificar la labor docente, por lo menos en el país.

¿Qué es lo malo de ser un profe tan reconocido?

Lo malo de ser un profesor reconocido es cargar con la responsabilidad que significa tener tantos ojos mirando y juzgando lo que haces. No son diez personas esperando y opinando sobre tu contenido, sino mil personas las que lo hacen.

Eso te obliga a estar a la altura de las expectativas, pero también te sobrecarga con una sensación de no querer defraudar a tu audiencia. También es molesto cuando hay colegas que piensan que mi apuesta es ridiculizar el gremio, siendo que mi intención es todo lo contrario.

¿Es verdad que sus alumnos son los que le ayudan a crear contenido?

El profe Jordi no podría ser ni docente ni creador de contenido sin sus estudiantes; ellos son parte fundamental de mi trabajo, pero también de mi apuesta en redes.

Y no lo digo porque me ayudan a hacer los videos (aunque en muchas ocasiones aparecen, son quienes graban y me dan ideas) sino, básicamente, porque lo que intento hacer con mi contenido es reflejar el quehacer docente, y ese reflejo no sería el mismo sin las personas en función de las cuales las y los maestros desarrollamos nuestra labor.

El profesor no puede ser tal sin la presencia de los individuos a los que enseña una parte del mundo cada día y, en ese orden de ideas, El profe Jordi no sería quién ha logrado ser (laboral y digitalmente) sin ellos ni ellas. Eso se los agradezco a diario.

Siendo un profe tan chévere y con tan buena imagen, ¿raja a sus estudiantes, la reprueba de año?

Afortunada o desafortunadamente, que un estudiante repruebe el año no depende solo de mí; siempre la pérdida obedece a un bajo desempeño en varias asignaturas.

Dicho eso, independientemente de mi creación de contenido, mis estudiantes saben que una cosa no se mezcla con la otra y el profe Jordi, que puede ser chévere o influencer, califica y evalúa igual para todas y todos.

Si me ayudan en un video, si son los camarógrafos o actúan eso no garantiza una buena nota ni les da más chances para pasar mi asignatura. Tanto quien participa como quien no debe cumplir sus obligaciones y actividades en igualdad de condiciones.

¿Cuál cree que es su fortaleza y su debilidad como docente?

Tal vez mi principal fortaleza radica en tres cosas: el amor que le tengo a mi profesión pese a las mil dificultades que se nos presentan a diario; la pasión que despiertan en mí los temas que enseñó; y el respeto y la empatía que trato de manifestar siempre hacia mis estudiantes.

Mi principal debilidad está en dos elementos: lo que me cuesta entrarle a los trámites burocráticos y el diligenciamiento de formatos propios de la escuela, (actas de entrega de boletines, de reuniones, etc.); y también mi extrema bondad como profesor, que algunas veces es algo bueno, pero otra tanta se confunde con una alcahuetería innecesaria.

 “Mi sueño es impactar de una manera significativa para transformar el sistema educativo y dignificar la labor docente, por lo menos en el país”.

¿Qué le cambiaria al sistema educativo?

Le cambiaría al sistema educativo, entre otras cosas, tres aspectos que para mí son fundamentales: el hacinamiento en las aulas que se manifiesta cuando debes darles clase a cuarenta, cuarenta y cinco e incluso más estudiantes; lo cual perjudica tanto la manera en la que enseñas como la enseñanza que se recibe.

El segundo punto tiene que ver con la falta de comunicación entre el bachillerato y la educación superior; cambiaría la manera excluyente en la que las universidades privadas (por dinero) y las universidades públicas (por los exámenes de admisión) aceptan y rechazan estudiantes.

Hay estudiantes que brillan en la escuela, pero no alcanzan una carrera profesional por alguno de esos dos motivos. Lo tercero tiene que ver, por supuesto, con el bajo salario que recibimos las y los docentes, de ninguna manera acorde con nuestra responsabilidad y labor diaria.

¿Qué no se puede tolerar por nada del mundo en un aula de clase?

No se puede tolerar, en absoluto, que se quiera pasar por encima de la integridad emocional o física de otra persona, sea compañera, compañero o el mismo docente. Es decir, que haya un irrespeto constante hacia alguien o un maltrato físico. En esos casos, de cualquier forma, es necesario parar la clase.

¿Cómo manejar los enamoramientos que se confunden con admiración de las estudiantes?

Cuando tú respetas a tus estudiantes y les dejas en claro todo el tiempo que no los ves como un objeto sexual sino como menores de edad e individuos que están en un proceso de formación y aprendizaje, los enamoramientos, si los hay, no vienen al caso.

Afortunadamente, puedo decir con orgullo y alegría que a lo largo de toda mi labor docente mis estudiantes se han fijado en mí mucho más por la manera en la que dicto la clase y me intereso por hacerlos sentir en clase mientras estudian mis contenidos, que por cualquier otro motivo.

En la Cumbre de educación 2022, la intervención de este docente resalto por denotar la realidad:

“Hoy en día la escuela se convirtió en un lugar para satisfacer estándares de calidad. A los profesores los culpan de los malos resultados en las pruebas académicas, pero no miran el contexto en el que viven los niños”.

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