El Procurador General, Alejandro Ordóñez, a Indagatoria con Abelardo De La Espriella

El Procurador General, Alejandro Ordóñez, a Indagatoria con Abelardo De La Espriella

“Si fuera presidente, me sentaría con Timochenko por treinta minutos, para fijar las condiciones para que se desmovilice y firme la paz”, dice el Procurador General

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noviembre 23, 2014
El Procurador General, Alejandro Ordóñez, a Indagatoria con Abelardo De La Espriella

Desde los tiempos del tristemente célebre Orlando Vásquez Velásquez, un Procurador General de la Nación no se sentaba en el banquillo de los acusados. El turno hoy, para ser indagado por este despacho, le corresponde al doctor Alejandro Ordóñez Maldonado, quien está al frente del Ministerio Público desde diciembre del 2008.Nacido en Bucaramanga hace 59 años, este exseminarista con pinta de obispo, antes de llegar a la alta dignidad que hoy ostenta, fue ayudante de cabezera en la fábrica de galletas de su padre, concejal de su tierra natal, magistrado del Tribunal Adminitrativo de Santander, profesor de filosofía y derecho, además de magistrado y presidente del Consejo de Estado.

Es un hombre alto y robusto, pausado y cerebral. Su mirada es profunda, y su ideología “goda”, firme como una roca. La democracia es el escenario ideal para plantear las diferencias: Ordóñez no esconde lo que piensa ni lo que siente, y tiene claro que aún le queda mucha cuerda para luchar por sus ideales. Eso sí, si Dios lo permite.

ABELARDO DE LA ESPRIELLA: Estamos en indagatoria con el Procurador General de la Nación. ¿Señor Procurador, jura usted decir la verdad y nada más que la verdad?

ALEJANDRO ORDOÑEZ: Juro por Dios y por la patria decir toda la verdad y nada más que la verdad.

A DE LA E: ¿Cómo era de niño?

AO: Fui un niño tímido y sigo siendo una persona tímida y tranquila.

A DE LA E: ¿Cuáles eran sus sueños cuando era niño?

AO: Soñaba con llegar a ser algun día un buen atleta, y lamentablemente nunca pude serlo, nunca logré ser un extraordinario deportista. Después, pensé, ya cuando estaba en la adolescencia, en ser abogado, quise ser un buen abogado, y debo reconocer que en esa epoca nunca se me pasó por la cabeza fungir algun día de funcionario público.

A DE LA E: ¿La Moral es más importante que el Derecho?

AO: Tal cual: la Moral tiene mayor relevancia que el Derecho.

A DE LA E: ¿Por qué la moral es más importante que el Derecho, Procurador?

AO: Porque la moral determina las conductas de los hombres, y la moral es, en últimas, la que ordena la vida personal y eso le permite a un ser humano relacionarse mejor con el resto de los asociados, que es lo que al final de cuentas le interesa al derecho: ordenar la vida en sociedad.

A DE LA E: ¿Procurador, usted cree en la paz?

AO: ¡Yo creo en la paz! En una paz ajustada al orden jurídico.

A DE LA E: ¿Cómo debe ser, entonces, a su juicio, el proceso de paz?

AO: Con justicia. Una paz sin justicia y sin una justicia sostenible garantiza y provoca mayores escenarios de violencia. Una paz con la impunidad que implicó, por ejemplo, el proceso de paz del 86, fue a la postre el combustible de la guerra paramilitar. Si hoy no logramos una paz con justicia, vamos a enfrentarnos, como sociedad, a escenarios posteriores de violencia, incluso más terribles de los que hoy padecemos.

A DE LA E: ¿Estaría dispuesto a hacer la paz con Piedad Córdoba?

AO: Yo no estoy en guerra con ella, doctor de La Espriella.

A DE LA E: ¿Y con Gustavo Petro tampoco está en guerra?

AO: No estoy en guerra con ellos. Yo, simplemente, cumplí mis funciones como Procurador General, como defensor del ordenamiento jurídico y como máxima autoridad disciplinaria. Ellos incumplieron sus deberes legales y yo los sancioné. Dura es la ley, pero es la ley.

A DE LA E: ¿A qué politico de la Izquierda admira, Procurador?

AO: Como Congresista, me parece que el doctor Jorge Enrique Robledo es una persona juiciosa. Considero que es un funcionario responsable en sus funciones legislativas. No estoy de acuerdo con él en muchísimas cosas, pero me parece que hace un interesante y necesario control político.

A DE LA E: ¿Usted va a buscar la Presidencia, Procurador?

AO: Yo quiero ser un buen Procurador. Solo pienso y me preocupo por cumplir con mis deberes. Después de terminar el periodo, podré pensar en otras cosas.

A DE LA E: ¿Se ve retirado y dedicado a malcriar nietos y a cortar flores en el jardín de su casa en Bucaramanga, después de salir de la Procuraduría?

AO: Yo no me retiro de la vida pública; yo seguiré circundando en la vida pública porque esa es mi verdadera y genuina vocación.

A DE LA E: ¡Eso queire decir, entonces, que sí aspirará a la presidencia!

AO: (Risas).

A DE LA E: ¿Qué piensa de la justicia en Colombia, Procurador?

AO: Un país sin justicia es un país en el que la credibilidad de las Instituciones queda esencialmente afectada. En Colombia, hay morosidad en la justicia; aquí no hay un acceso a la justicia tal como lo determina la Constitución. Ello ha generado controversias particulares, ello ha generado que se creen escenarios de mayor confrontación. Yo pienso que la morosidad en la justicia -y a veces el sesgo en muchas decisiones- ha deslegitimado al Estado colombiano.

A DE LA E: ¿Qué piensa de los ateos, señor Procurador?

AO: Los ateos como usted, doctor Abelardo, deben observar con más atención, a la naturaleza y todas sus maravillas para creer en Dios. Quien observa la naturaleza observa que hay un orden; quien observa que hay un orden debe aceptar que hay un ordenador, y quien acepta que hay un ordenador de este hermoso orden natural tendrá que admitir que hay un ser superior, un creador de todo. A los ateos les falta observar la naturaleza, para entender que solo un ser superior pudo edificar todas las maravillas que nos rodean.

A DE LA E: ¿Volvería a quemar libros, Procurador?

AO: Volvería a quemar los libros deteriorados o que no sirven de mi biblioteca personal (Risas). Los podría quemar para reducir el gran peso que soporta mi apartamento (Risas).

A DE LA E: ¿El partido Conservador de hoy encarna las verdaderas bases ideológicas de lo que eso significa?

AO: Las bases sí, las bases creen en lo que el partido siempre creyó. Lamentablemente, no siempre los dirigentes representan esas bases o representan el legado doctrinario que le ha permitido al Partido Conservador estar presente y construir nuestra vida repúblicana.

A DE LA E: ¿O sea que usted considera que el Partido Conservador es decadente?

AO: Sufre la decadencia que padecen todos los partidos en estas democracias imperfectas, como la nuestra.

A DE LA E: ¿Procurador, qué haría si tuviera un nieto gay?

AO: Mire, en esta materia, yo siempre he creído lo que la doctrina moral de la iglesia católica enseña: lo censurable no son las inclinaciones homosexuales, sino los actos homosexuales. Yo defiendo mis convicciones religiosas y creo que existe un orden en la naturaleza: en la naturaleza se hizo el sexo masculino y el femenino, y la condición sexual no es una construcción cultural, como algunos quieren hacerlo creer, sino que es una realidad natural. Si tengo un nieto gay, le enseñaría con amor que existe un orden natural, y que esas inclinaciones homosexuales pueden ser ordenadas y que hay muchos ejemplos, en la historia y en la sociedad, de personas que han tenido esa inclinación y han ordenado esa inclinación, para, incluso, tener una vida virtuosa. Las inclinaciones deben ser ordenadas, las inclinaciones no solo son las que están conformes a la naturaleza, sino las contrarias a la naturaleza y, por lo tanto, deben y pueden ser ordenadas. Hay muchos testimonios de personas que, siendo homosexuales, han salido de esa condición y tienen una vida de acuerdo con su sexo.

A DE LA E: ¿Cuál es el Presidente colombiano que más admira, Procurador?

AO: Admiro profundamente a varios expresidentes: Rafael Núñez, Rafael Reyes y Laureano Gómez.

A DE LA E: ¿La mermelada es un postre o es el nombre elegante con el que se conoce a la corrupción?

AO: La mermelada es el nombre elegante con el que se conoce a la corrupción. ¡La mermelada es la corrupción en estado puro!, porque no es otra cosa que la utilización de dineros públicos para propósitos diversos a los señalados por la ley.

A DE LA E: ¿Si la ley choca con la religión, hablando de inclinaciones, por cuál se inclinaría usted, Procurador?

AO: Mire, Abelardo, es indudable que nuestra normatividad constitucional tiene la solución a esa inquietud que usted plantea: la objeción de conciencia. Cuando hay una pugna de deberes, un enfrentamiento entre el deber que le señale la conciencia a un funcionario público y la obligación legal, la objeción de conciencia es la solución. Cuando se presenta esa situación y se deben cumplir deberes en el ejercicio de la función pública, nuestra Constitución establece la posibilidad de objetar en conciencia.

A DE LA E: ¿Qué diferencia hay entre el Cielo y el Infierno, Procurador?

PROCURADOR: Ambos escenarios son expresiones de la justicia, y la justicia consiste precisamente en dar a cada quién lo que le pertenece. Quien vive de acuerdo al cumplimiento del deber, quien lleva una vida virtuosa, pues tiene un premio, y quién hace daño e inobserva las reglas de la moral tiene un castigo. Pienso exactamente lo mismo que piensa la iglesia católica en esa materia.

A DE LA E: ¿Qué opina del secuestro del general Alzate?

AO: Estamos viviendo las consecuencias de un proceso de paz iniciado sin condición alguna. Por eso, la extorsión, el reclutamiento de niños, los actos terroristas, los delitos de lesa humanidad, y, por eso, los crímenes de guerra que han sucedido y seguirán sucediendo; todo ese resultado por haber iniciado, repito, un proceso sin condición alguna. El secuestro del general Alzate es una estrategia de las FARC que pretende con la pronta liberación de ese alto oficial del ejército, convertirlo en un acto de buena voluntad. En todo caso, es una estrategia infame y miserable la de mantener secuestrado a cualquier ciudadano. Denomina usted bien esa conducta penal, doctor Abelardo, se trata de un secuestro y no de una  retención ilegal, como algunos altos funcionarios lo están diciendo por ahí.

A DE LA E: ¿Cuál considera usted que es su principal adversario ideológico hoy en Colombia?

AO: Bueno, mire, comprenderá que yo no me he detenido a hacer una catalogación de adversarios ideológicos. Yo me preocupo fundamentalmente por cumplir con mis deberes constitucionales.

A DE LA E: En una palabra, defina a los siguientes personajes de la vida pública colombiana: Gustavo Petro.

AO: (Risas). Suspendido.

A DE LA E: Álvaro Uribe Vélez.

AO: Fortaleza.

A DE LA E: Fernando Londoño.

AO: Carácter.

A DE LA E: Juan Manuel Santos.

AO: Arriesgado.

A DE LA E: Vargas Lleras.

AO: Ambicioso.

A DE LA E: Eduardo Montealegre.

AO: Innovador. (Risas).

AO: Ramiro Bejarano.

AO: Difamador.

A DE LA E: Sí o no: ¿la paz es posible sin cárcel para los miembros de la guerrilla?

AO: No.

A DE LA E: ¿Si usted fuera Presidente, se sentaría con Timochenko?

AO: Sí, por treinta minutos, para fijar las condiciones para que se desmovilice y firme la paz.

A DE LA E: ¿Qué música le gusta escuchar, Procurador?

AO: A mí me gustan varios géneros musicales: la guabina, el bambuco; me gusta la música clásica, me gusta Bach, Vivaldi, el Canto Gregoriano y, curiosamente, la música carrilera.

A DE LA E: ¿Cada cuánto hace el rosario, Procurador?

AO: Todos los días. En cualquier momento del día, pero frecuentemente en la mañana.

A DE LA E: ¿Alguna vez se pasa de tragos?

AO: Jamás. Razonablemente tomo el trago que me ofrecen en las reuniones sociales.

A DE LA E: ¿Cómo define usted la “social bacanería”?

AO: Se la voy a definir citando un escolio de Nicolás Gómez Dávila: “La derecha de hoy es la izquierda de ayer con el deseo de comer en paz” (Risas).

A DE LA E: ¿Procurador, qué es un toche?

AO: Un toche es un ave que canta en las madrugadas, pero también se les denomina así a ciertas personas que tienen una personalidad con algunas características de audacia. En otras regiones fuera de Santander, se le conoce como “aviones”.

A DE LA E: ¿Y qué es un “pingo”, Procurador?

AO: Es un Santandereano que reúne todas las virtudes de la santandereanidad y que representa toda nuestra idiosincrasia.

A DE LA E: ¿Cuál es su santo favorito (no me diga que Juan Manuel o Pachito)?

AO: (Risas) No, ¿cómo se le ocurre? San José y santo Tomás Moro.

A DE LA E: ¿Por qué, si Dios existe, pasan cosas tan terribles en el mundo?

AO: Porque existe la libertad humana. Dios respeta la libertad humana. El desastre de nuestros tiempos ha sido forjado por la mano de la humanidad en su integridad. Dios solo trae y produce cosas buenas.

A DE LA E: ¿Quién le montó el “pastel” para tumbarlo en el Consejo de Estado, Procurador?

AO: Son tantos que la lista es muy larga (Risas). El complot se orquestó, desde lo público y desde lo privado. Hay muchos intereses que confluyen en esa causa.

A DE LA E: ¿Procurador, tuvo muchas novias antes de casarse?

AO: Yo tuve “tragas”, como diríamos, varias “tragas”. ¿Novias? Pues, la verdad es que tuve varias “tragas” y una sola novia, que es mi Señora Beatriz (Risas).

A DE LA E: ¡Ah carajo, usted es entonces como los famosos fósforos Fogata, que prenden en una sola caja! ¡Usted es un verdadero Santo!

AO: (Risas) Si señor.

A DE LA E: Hemos terminado la indagatoria Procurador, puede usted ir en paz.

AO: (Risas) Gracias al Señor nuestro Dios, Abelardo.

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