Hacía muchos años la elección de procurador general de la Nación no generaba tanta expectativa. El Senado se apresta a escoger entre los juristas María Mercedes López, Fernando Carrillo y Jorge Fernando Perdomo.
Ciertamente es una terna que no es de uno. En los corredores del Senado se dice que los tres tienen opción de reemplazar al doctor Alejandro Ordóñez, quien puso el listón muy alto como jefe del Ministerio Público.
María Mercedes López, Fernando Carrillo y Jorge Fernando Perdomo
Ciertamente es una terna que no es de uno
Sin duda Ordóñez, pese a la resistencia que creó en algunos medios de comunicación, se salió del ‘unanimismo’ que desde hace varios años se maneja en la prensa respecto del gobierno y del proceso de negociación con la guerrilla. Por eso lo sacaron a sombrerazos del cargo no obstante que le quedaban cuatro meses para cumplir con su período constitucional.
Pero volvamos a la terna de la que saldrá el nuevo procurador. La doctora María Mercedes López, postulada por segunda vez para el efecto, ha jugado por igual en canchas del uribismo y el santismo. Conservadora, antioqueña de Santa Rosa de Osos y egresada de la Autónoma de Medellín, fue magistrada del Consejo de la Judicatura. Para mi gusto, sus declaraciones sobre su “compromiso irreductible con una paz estable y duradera” resultan demasiado contemporizadoras: un relevante sector del país tiene críticas serias a la fórmula diseñada por el gobierno con las Farc, y el nuevo procurador debería tener eso muy presente. Hay una duda de si está inhabilitada, y varios senadores de diferentes partidos han planteado análisis concienzudos a ese respecto.
Sobre el abogado Jorge Fernando Perdomo es mucho lo que hay para escribir. Su paso como vicefiscal y después como fiscal general encargado fue un desastre. Se dedicó a meterle miedo a todo el mundo y a hacer política. En la campaña presidencial de 2014, por ejemplo, fue protagonista estelar cuando no ahorró esfuerzos para mantener contra las cuerdas a los integrantes del movimiento del candidato opositor Óscar Iván Zuluaga.
Según escribió recientemente María Isabel Rueda en El Tiempo, durante la ‘paloma’ de cuatro meses que Perdomo tuvo como fiscal general encargado no hizo otra cosa que otorgar a dedo millonarios contratos y mandar blindar su apartamento. Todas esas argucias con los impuestos de los contribuyentes.
Adicionalmente –según el portal Los Irreverentes– no están claros los años de experiencia que acredita Perdomo, primero para ser vicefiscal, y ahora para ser procurador general. Y como si lo anterior fuera poco, ayer lunes trascendió la noticia de que Daniel Palacios Martínez, concejal de Bogotá por el Centro Democrático, habría sido intimidado por Perdomo con la existencia de unas grabaciones en las que al parecer el cabildante se refiere al hoy candidato a la Procuraduría en términos desobligantes. Si eso es cierto, es muy grave. ¿Por qué Perdomo tiene tales grabaciones, o conocimiento de tales grabaciones, si es que existen? El fiscal Néstor Humberto Martínez tiene la palabra.
El tercer candidato al cargo de procurador es el exministro Fernando Carrillo. De lejos es el más preparado de los tres. De entrada tiene una gran ventaja sobre sus dos rivales: no hace parte del llamado ‘roscograma’ de la justicia. Además, si llegase a resultar elegido, el poder no le hará daño porque durante toda su vida ha ostentado cargos importantes, y ya conocemos su talante en esos cargos. Y se puede dejar de mencionar que, a pesar de su sintonía inmediata con la negociación de paz, nunca ha ocultado su determinación de condenar los graves abusos de Maduro en Venezuela, cosa con la que me doy por bien servido.
Hace un mes Carrillo escribió en El Tiempo una columna en la que plasmó este comentario: “La corrupción mata más que la guerra y es droga maldita que alucina a un ejército de avivatos beneficiarios de un Estado incapaz de derrotarlos. Es además el más oneroso de los impuestos. En un país en paz, derrotar la corrupción es un imperativo para combatir la pobreza”.
Y en otro de sus escritos dijo: “Nada es hoy más importante –como lo ha dicho la Corporación Excelencia en la Justicia– que la recuperación de la dignidad de la justicia. El regreso de la credibilidad y la confianza ciudadana, tanto en las instituciones judiciales como en las decisiones de los jueces. La legitimidad del sistema depende de la posibilidad de que opere con eficacia, de obtener una respuesta en un tiempo razonable y cuando la decisión sea efectiva para la persona. Lo demás es una burla inaceptable a la ciudadanía”.
Si en verdad Carrillo piensa así, no hay duda de que el Ministerio Público estaría en buenas manos, y desde luego a salvo, pues de varias cosas se le ha acusado, pero jamás de aprovecharse de lo público.
Colombia merece un procurador serio y los senadores lo saben. No hay derecho a que, como lo informó hace poco las2orillas, en los pasillos del Legislativo estén haciendo lobby público por alguno de los tres candidatos personajes de muy dudosa calificación o personajes que no han aclarado del todo su paso por la Unidad Nacional de Protección y que viven y vivirán de tener unos primos importantes.
P.D. Bien por Nairo Quintana. Acaba de ganar la Vuelta a España. Los triunfos se miden por la calidad de los rivales y el boyacense derrotó al mismísimo Chris Froome, sin duda el mejor ciclista del mundo de los últimos tres o cuatro años.
