El proceso de paz con el ELN va: sigue Caracas, mientras México espera

El proceso de paz con el ELN va: sigue Caracas, mientras México espera

La magnitud del desencuentro relacionado con el cese bilateral al fuego no ha sido la que tratan de vender algunos medios ni la oposición. Una mirada

Por: Boris Alexander Caballero Escorcia
enero 16, 2023
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El proceso de paz con el ELN va: sigue Caracas, mientras México espera

Todo parecía indicar al finalizar el año 2022 que se reanudaban los diálogos con el ELN en lo que se dio en llamar la segunda fase de la mesa de diálogos en México. Sin embargo, después de la crisis desatada a principio de 2023, se llegó a cuestionar la posibilidad de avanzar de la misma forma en los diálogos con el ELN.

Algunos medios quisieron hacer escándalo con el desencuentro del gobierno con el ELN. ¿Qué pasó? Gustavo Petro publicó el 31 de diciembre un mensaje en su cuenta de Twitter en el que afirmaba que se había “acordado un cese bilateral con el ELN, la Segunda Marquetalia, el Estado Mayor Central, las AGC y las Autodefensas de la Sierra Nevada desde el 1 de enero hasta el 30 de junio de 2023, prorrogable según los avances en las negociaciones”. Sin embargo, se reportó que la supuesta reacción del ELN fue desmentir dicho acuerdo desde el COCE.

En su página web la organización insurgente afirmaba: “La delegación de diálogos del ELN no ha discutido con el gobierno de Gustavo Petro ninguna propuesta de cese al fuego bilateral, por tanto aún no existe ningún acuerdo en esa materia./ En diversas oportunidades hemos señalado que el ELN solo cumple lo que se discuta y se acuerde en la mesa de diálogos donde participemos. No puede aceptarse como acuerdo un decreto unilateral del gobierno” (ELN-Voces). En ese mismo comunicado, el ELN dejaba la puerta abierta, coincidente con su postura desde el principio de los diálogos, de que en la mesa, en el marco de la negociación y los acuerdos que se logren en su segunda fase, se podría llegar a un cese al fuego: “En el siguiente ciclo pactado a realizarse en México, está acordado culminar el ajuste de la agenda. Una vez concluyamos lo que está previsto estamos en disposición de discutir la propuesta de cese al fuego bilateral, para examinar los términos que hagan posible un acuerdo. Entendemos el decreto del gobierno como una propuesta para ser examinada en el siguiente ciclo” (ELN-Voces).

Esta respuesta generó una reacción más amplia y masiva de los medios y de la oposición al gobierno en ataques que cuestionaban la consistencia y seriedad del gobierno en materia de su política de paz. Fue una oportunidad de los detractores de la administración encabezada por Petro para deslegitimar la paz total y de paso sustentar la imagen que quieren construir de un gobierno improvisado que no plantea una política coherente para el país.

No hay duda de que fue precipitado el anuncio sobre el ELN en el tuit de Petro, pero en realidad se respaldaba en la expedición de un decreto que tanto el ministro de Defensa como el del Interior entraron a operacionalizar y a echar a andar; un decreto que declaraba el cese al fuego bilateral entre el gobierno y el ELN, pero que hacía parte de un conjunto de decretos dirigidos a otras organizaciones irregulares armadas. Y es que el 31 de diciembre de 2022 en un afán de dar una noticia contundente sobre el avance de la paz total para el año 2023 se aprobaron cinco decretos, los cuales establecían un “cese al fuego bilateral y temporal de carácter nacional” del 1 de enero al 30 de junio de 2023 con posibilidades de prórroga, en su orden los decretos numerados del 2656 al 2660 declaraban el cese al fuego con el Estado  Mayor Central FARC-EP, con el ELN, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada (ACSN) y la FARC-EP Segunda Marquetalia, CDF-EB, Coordinadora Guerrillera del Pacífico.

Estos decretos plantearon una ligera distinción entre sí, que plantean de plano un tratamiento distinto de parte del gobierno. El decreto 2656 y el 2657, dedicados a establecer el cese al fuego bilateral con el Estado Mayor Central FARC-EP y con el ELN, respectivamente, establecían en el encabezado de cada uno que se expedía “en el marco del diálogo de carácter político entre el gobierno nacional” y la organización respectiva. Por el otro lado, los decretos 2658, 2659 y 2660, se limitan en el encabezado a señalar que se produce el cese al fuego bilateral “en el marco de los acercamientos y conversaciones del gobierno nacional” con la organización correspondiente.

Si bien con esta distinción en los decretos no se hace más que reafirmar el estatus político del que goza el ELN desde el mismo momento en el que se comenzaron los acercamientos que se concretaron en la Mesa de diálogos en Caracas con esta organización insurgente, este reconocimiento parece soslayarse al ignorarse de facto los acuerdos logrados en la primera fase de diálogos. Según el comunicado de la Mesa de Caracas publicado el 12 de diciembre como síntesis de los acuerdos alcanzados entre el gobierno y el ELN, se había acordado una estrategia de comunicación y pedagogía con respecto al avance del proceso en la que se buscaría involucrar a la sociedad colombiana; asimismo, se acordó el establecimiento de canales institucionales tanto de la delegación del gobierno como del ELN, así como sobre la participación de los países garantes y acompañantes (ELN-Voces).

No obstante este desencuentro, su magnitud no ha sido la que tratan de vender algunos medios de comunicación y la oposición. La disposición de paz del ELN, tal como se evidencia en sus comunicados y declaraciones, no declina y al parecer la programación de la segunda fase de la mesa de diálogos continuará en México aunque aplazada hasta febrero.

Como se pudo ver, el gobierno nacional con la vocería del ministro del Interior transmitió en distintas plataformas el 4 de enero la decisión de suspender el decreto 2657 del 31 de diciembre de 2022 que declaraba el cese al fuego bilateral con el ELN. En esta declaración que el ministro del Interior Alfonso Prada hizo acompañado por el alto comisionado para la Paz, Danilo Rueda, y el ministro de Defensa, Iván Velázquez, se reafirmó el acuerdo del cese al fuego bilateral con todas las organizaciones involucradas en los decretos expedidos por el gobierno el 31 de diciembre de 2022, excepto con el ELN. Estas buenas noticias no iban dirigidas a la organización insurgente que como se veía, en su comunicación del 1 de enero, afirmaba que no aceptará acuerdos que no hayan surgido de la Mesa de diálogos, por lo que, en el comunicado leído por Prada, se suspendía el decreto ante tanto no se establecieran los protocolos y acuerdos necesarios para un Cese al Fuego Bilateral en la Mesa de Diálogos en su segunda fase.

Si bien el gobierno reculó en el decreto que involucraba al ELN en un cese al fuego (no tenía otra opción debido a su unilateralidad), marcó un derrotero inicial que se instala necesariamente como un punto prioritario a tratar en la Mesa de diálogos en México: el establecimiento de los acuerdos necesarios para un cese al fuego bilateral, el cual se plantea como un paso previo desde la invitación del ministro Prada al ELN en la citada comunicación del 4 de enero: “dada la voluntad de paz expresada por el ELN y mientras se estudia en la mesa de diálogo el protocolo del cese bilateral invitamos a esta organización a declarar una tregua, verificable, en respuesta al imperativo llamado de las comunidades étnico-territoriales y campesinas de mantener el cese bilateral y la no violencia en sus territorios” (Declaración gobierno).

La tregua según el Comité Internacional de la Cruz Roja es un tipo de arreglo que no implica una negociación formal en el que una de las partes o ambas se comprometen a no realizar acciones de combate en una zona específica y durante un tiempo acotado, es decir, su diferencia con el Cese al Fuego estaría determinada por el grado de formalidad y porque es resultado de una negociación (CICR). En este sentido, pareciera que en esta comunicación se le pide al ELN implementar de manera rápida una suspensión de combates como etapa previa a un Cese al Fuego Bilateral, ambos hechos que implicarían un acuerdo con el gobierno.

Es indudable que con estos hechos el gobierno logró la delantera en materia de negociación al imponer en un primer plano un cese al fuego bilateral. Esta postura lejos de recular se consolidó y profundizó con el accionar audaz del presidente Petro, quien el 7 de enero de manera sorpresiva viajó a Caracas y en reunión extraordinaria con el presidente de Venezuela Nicolás Maduro estableció varios acuerdos, entre ellos, el compromiso, tal como quedó consignado en la declaración conjunta…, de Colombia y Venezuela, que “Venezuela como país garante apoyará al gobierno de Colombia en su objetivo por mantener el cese bilateral y la paz total” (Declaración Conjunta). Asimismo, se lograron acuerdos con el ELN para continuar los diálogos en Caracas y no en México como estaba presupuestado; dichos diálogos iniciarán el 21 de enero y durarán menos de 20 días, pues su propósito es cumplir lo establecido por el Decreto 2657, lograr un acuerdo con el ELN de un cese al fuego bilateral. Luego de estas negociaciones en febrero se plantea México como sede. No obstante, las condiciones pueden llevar a que se continúen los diálogos en Caracas (El País).

En realidad, los ataques de los medios de comunicación y de la oposición se fincan en generar una imagen de improvisación de parte del gobierno, pero lo que se ha podido ver es una administración que se ha tomado en serio lograr la tan anhelada paz de una vez por todas para los colombianos, y lo que en un principio pareció un desliz se ha tornado en una propuesta de agenda con el ELN colocado en primer plano como punto a negociar en los próximos días. Por su parte, el ELN, en un comunicado del 9 de enero, plantea que se debe discutir en la mesa la situación generada con el decreto del gobierno y el tuit presidencial para no repetir un escenario de crisis como el generado; también deja la puerta abierta para que se trabaje el punto del cese al fuego bilateral, el cual definitivamente en la práctica será el central considerando que ya más de cuatro organizaciones irregulares se han sumado. El llamado preciclo en Caracas promete sentar un avance significativo con una base más firme para otra fase hacia la paz total con el ELN.

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