Es bastante corriente, normal y hasta natural que en la historia humana se produzcan manipulaciones, confusiones y equívocos sobre las fuentes, los hechos y las consecuencias, un ejemplo es la famosa frase que dice que “no podemos esperar que las cosas cambien, si seguimos haciendo lo mismo”, atribuida por unos al físico y filosofo Thomas Khun, la cual es muy similar a las que dicen que dijo Albert Einstein, “no pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo”, o en otra versión, la cual dice que “locura es hacer una y otra vez lo mismo esperando resultados diferentes”, sin embargo, sobre ellas no se puede generar otra discusión diferente a la de afirmar que ambos tienen toda la razón.
Extrapolando esas afirmaciones hacia la actual situación política colombiana, podemos manifestar que quienes aseguran que la solución logística, social y política del país se encuentra en el centro del espectro ideológico-político, del cual dicen que supuestamente toma conceptos e ideas de los extremos que ofrecen métodos y sistemas diferentes, desde aquellos que están proponiendo la privatización total del Estado, considerando, permitiendo y dejándolo al sometimiento del influjo de las leyes de los mercados, como principios del desarrollo y del progreso.
Por el otro lado nos topamos con quienes están planteando que la solución está en manos de un Estado protector y benefactor, dueño y regente de los servicios públicos con los que se puedan garantizan a sus habitantes un buen existir, al tener control sobre las iniciativas personales o individuales, con las que por lo general se intenta abusar y sacar provecho de sus ventajas, al ser los mismos poseedores y los dueños de los medio del poder económico y productivo, a la vez de ser personas que cuentan y hacen uso regular de la violencia que ejercen sus ejércitos particulares, con los que imponen sus criterios y sus principios, de allí que considerar que a través de personas que han pertenecido y provienen de los partidos políticos tradicionales, origen y fuente de las circunstancias y condiciones que tienen al país transitando por las actuales problemáticas éticas y morales, se encontrará con ellos la solución, termina siendo igual que insistir en solucionarlos con los mismos remedios que hasta ahora han dado lugar a las enfermedades sociales, políticas, éticas, morales y filosóficas que tiene postrada a Colombia.
De allí que sea un creyente ferviente, más que un práctico, de que la verdadera y única solución para la humanidad, para el mundo y para el caso particular de nuestro país, se encuentra en el extremo que propone capitalizar la socialización de la vida y de los sistemas productivos y económicos, ya que seguir insistiendo en que la mejor alternativa se encuentra y está en el capitalismo, fuente del individualismo, es sencillamente mantener al egoísmo en el centro de una temática que está llevando al planeta entero hacia la extinción y la destrucción, haciendo entonces resaltar las frases que se le atribuyen a los científicos y sabios mencionados.