El problema en Barranquilla no es de espacio, sino de autoridad

El problema en Barranquilla no es de espacio, sino de autoridad

"Estamos confundiendo el derecho al trabajo de los vendedores ambulantes con el yo hago lo que me da la gana”

Por: Rodrigo Manuel Gómez Urzola
octubre 28, 2020
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El problema en Barranquilla no es de espacio, sino de autoridad
Foto: The Photographer - CC0

Con el cuentico pendejo del "derecho al trabajo" los vendedores ambulantes se han apoderado del espacio público sin que las negligentes autoridades encargadas hagan nada (bueno, nada excepto cobrar su sueldo mensualmente).

No existe en Barranquilla la autoridad presente. Solo nombres rimbombantes como "Secretaría de Control Urbano y Espacio Público", "Jefa de Espacio Público", "Gestión del Tránsito y Seguridad Vial" y muchos más con leyes, pero sin ejercerlas.

El negocio de las ventas ambulantes es altamente productivo y cada vez van a ser más puestos los que veamos. Toda la familia "trabaja" en ello aprovechando que no tenemos autoridad que lo prohíba. Para la muestra, el alcalde Pumarejo, máxima autoridad de la ciudad, es pura bulla y nada de resultados sobre esta problemática (para él la solución está en crear una plaza de mercado, que probablemente sea un elefante blanco, como muchos ya existentes). “El problema no es de espacio, es de autoridad”.

Es solo tomar un bus desde la calle 30 y subir por la carrera 43 para darse cuenta del despelote que existe, no solo aquí, sino en calles cuesta arriba (35, 36, 37, 38) y carreras (40, 41, 43, 44 y 45), por solo hablar del centro. Ahora, si miramos la calle 30, desde la carrera 44 a la carrera 38, es otro despelote. Todos hacen lo que les da la gana sin que las supuestas autoridades que tenemos (y que pagamos con nuestros impuestos) tomen acciones contundentes.

No, señores, amárrense los pantalones y ejerzan la autoridad haciendo cumplir las leyes regulatorias existentes o creen nuevas, pero esto no puede seguir así.

¿Cómo es posible que los comercios formales (que pagan arriendos, personal, impuestos, etcétera) tengan que soportar que les tapen la visibilidad de los mismos?, ¿que tengan que barrer y lavar sus frentes después de que estos vendedores ambulantes terminen “su trabajo”? Estamos confundiendo “derecho al trabajo” con “yo hago lo que me da la gana”.

Veamos un claro ejemplo de caos vehicular en la carrera 43, desde la calle 30 hasta la 35 (Paseo Bolívar), en razón al “derecho al trabajo”:

  1. Carretilleros estacionados sobre la vía ejerciendo su “derecho al trabajo”.
  2. Carretilleros avanzando en ambos sentidos de la vía (la 43 es un solo sentido) (¿tienen derecho?).
  3. Recicladores haciendo revolcón de las basuras en la vía (¿tienen derecho?).
  4. Room service de los vendedores ambulantes en medio de la vía, con tintos servidos al vehículo, arepa de huevo, bebidas energizantes, limonada, etc.
  5. Indigentes durmiendo casi desnudos en el poco espacio de las aceras.
  6. Buses recogiendo pasajeros en cualquier lugar sin importar el trancón adicional que armen.
  7. Buses haciendo “tiempo” para esperar pasajeros.
  8. Vehículos particulares y taxis parqueados ya sea comprando algo o esperando pasajeros.
  9. Personal de espacio público (¿?) hablando mierda con todos, menos cumpliendo sus funciones.
  10. Un tipo que dice llamarse pastor con un equipo de sonido de 1.000 o más watts hablando de la venida del señor y el arrepentimiento (contaminación auditiva).
  11. Limpiavidrios a cada 2 metros, obstaculizando el tráfico para poder ejercer su derecho al trabajo.
  12. 1 semáforo (en la calle 35) que sólo dura 20 segundos y que, por todos los obstáculos mencionados, si acaso permite que pasen 3 o 4 carros.
  13. Vehículos sobre la calle 35 atravesados en la mitad de la intersección impidiendo el paso de los que suben por la carrera 43.
  14. Ventas de fritos y jugos en la calle, con tanques de gas propano y conexiones fraudulentas a los postes de energía.

Y así lo podemos observar en todas las demás calles y carreras. Cada día usted encuentra nuevos puestos en las vías.

Y paro de contar porque, creo, que es muy diciente y absurdo. ¿Por qué no se hace nada? ¿Es justo que “el derecho al trabajo de unos” impere sobre las normas y leyes regulatorias perjudicando a otros? ¿Será la plaza de mercado la solución para esta gran problemática? Miren lo que pasó con el caño. Lo arreglaron, lo canalizaron, lo enrejaron, ¿y? La misma porquería a los ojos de las “autoridades”. Indigentes, basuras tiradas por los mismos vendedores, olores fétidos, baño público, cadáveres, etc.

¿Cómo arreglar este caos? Sencillo: ejerciendo la autoridad para hacer cumplir las normas y leyes.

El problema de la falta de trabajo no se arregla permitiendo que todos hagan lo que les dé la gana sino con políticas gubernamentales inmediatas que logren mejorar las condiciones de vida de una gran parte de la población. ¿Ejemplos? Cuidado de parques, mantenimiento de jardineras en la ciudad, reparcheo de vías, ampliar planta de recogedores de basuras, limpiadores de playas, etc. Deben existir muchas opciones en la alcaldía para poder incorporar a muchos a la actividad laboral formal. Menos burocracia y más acción.

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