La inconformidad es evidente, no hay que especificar que el caos del sistema TransMilenio es en toda la ciudad de Bogotá, pero lo que lo mantiene como un mal servicio tiene que ver con los mismos usuarios. No quiero generalizar y en este punto aclaro que siempre se generan problemas por culpa de unos pocos, pero tener que pagar por unos cuantos que solo empeoran el servicio es absurdo.
El día de hoy, 14 de febrero, en pleno San Valentín, el alboroto se presentó en toda la autopista Sur. No quiero estar en contra de quienes pelean por sus derechos de un transporte digno, pero los mismos que buscan un cambio en el trato que reciben por parte del Gobierno atropellan a la misma ciudadanía.
En la estación de TransMilenio de Terreros se presentó un alboroto por la insuficiencia en los buses de TransMilenio, algo muy normal por ese corredor vial. Sin embargo, lo que realmente me provoca molestia es ver cómo ellos mismos perjudican a los ciudadanos. No les bastaba con cerrar la vía de los articulados, sino que era necesario ejercer un bloqueo en toda la autopista en ambos sentidos.
Pocos manifestantes, ya que no toda la comunidad elevaba su voz con proclamas tan absurdas como "El pueblo unido jamás será vencido", al parecer no se han dado cuenta que durante más de un siglo hemos estado sometidos por los gobernantes, ya que estos representan al poder y la represión hacía el ciudadano. Sin embargo, para ellos era justificable gritarlo y además bloquear la vía, en lo que muy descaradamente llamaron "protesta pacífica". No hay nada de pacífico en bloquear vías que no son parte del sistema solo para poder llamar la atención de unos pocos.
El verdadero problema radica en el mal resultado de una protesta. Un día no hay buses, al día siguiente bloquean la vía, envían dos buses mas y ya olvidan lo que ha sucedido, ya que no hay cómo generar un impacto duradero. Estas son solo molestias momentáneas y el olvido se vuelve común. El impacto nunca lo logran al tener la posibilidad de elegir un líder; sin embargo, ahora que se aproximan fechas electorales puede existir una esperanza para poder generar un cambio duradero, no un bloqueo momentáneo.