Fabio Ochoa Vásquez pasara Navidad en Colombia después de estar más de 20 años preso en Estados Unidos desde su extradición el 8 de septiembre de 2001. La sentencia inicial era de 30 años, sin embargo, su abogado Richard C. Klugh logró sacarlo de prisión después de cumplir dos terceras partes de la condena inicial.
El excapo del Cartel de Medellín se declaró inocente de los cargos que le imputó la justicia norteamericana, entre ellos, el de narcotráfico y guardó silencio, a diferencia del jefe del Cartel del Valle, Juan Carlos Abadía, alias Chupeta, al no delatar a nadie relacionado con el negocio. Esto implicó que su condena fuera tan elevada pues de haberse declarado culpable su condena hubiera sido de un máximo de diez años.
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Richard C. Klugh es abogado penalista de la Universidad de Harvard y ha hecho carrera en Miami. Inició como asistente de la Fiscalía Federal donde trabajó para Eugene P. Spellman, uno de los jueces más respetados de Estados Unidos. Posteriormente, fue nombrado Jefe de División de Apelaciones de la Oficina del Defensor Federal en el Sur y desde entonces ha obtenido numerosas victorias en juicios en tribunales de primera instancia y apelaciones incluyendo la Corte Suprema de los Estados Unidos.
Al tener tan bueno dominio del español, el abogado Klugh tiene una larga lista de clientes latinos, entre ellos casos populares como el de Fabio Ochoa.
El primero en comunicarle de su libertad fue Richard Klugh, quien siempre ha insistido en la injusticia que cometieron los norteamericanos contra su cliente debido a las pocas pruebas que tenían en su contra que, asegura, en su mayoría eran falsas. A pesar que Fabio Ochoa fue puesto en una cárcel de baja seguridad en Michigan, el proceso de deportación no fue fácil para el abogado después de que el pasado 9 de diciembre un juez solicitara que Ochoa se mantuviera en esta cárcel transitoria hasta el 25 de enero de 2025 para hablar de un caso que se remontaba a 1989.
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No obstante, el abogado Klugh peleó para que el juez revertiera la solicitud alegando que su cliente no estaba acusado en el caso. Así logró que el proceso de inmigración siguiera su curso y finalmente Fabio Ochoa pueda ser deportado a Colombia donde pasará seguramente noche buena.
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