La Carrera 4 con Calle 11 de Cali fue el lugar elegido por José Panebianco de Rosa para comenzar su sueño hace 93 años. La Plaza de Cayzedo, reconocida como la más importante de la ciudad, fue testigo del crecimiento de Torrecafé Águila Roja mientras se convertía en una de las empresas más importantes de la región.
José Panebianco nació en Italia y solo pasó cuatro años en su natal Orsomarso antes de que sus padres tomaran la decisión de migrar a tierras desconocidas. Más de 9.000 kilómetros recorrieron los Panebianco hasta llegar al Puerto de Barranquilla y esa fue la primera imagen que tuvo el niño del país que le abrió las puertas y llenaría de café.
Se radicaron en Cali, allí creció y allí mismo, en 1930, abrió un pequeño café bar que, por sorpresa para él, terminó siendo un éxito rotundo e incluso se convirtió en un punto de referencia para los habitantes de la sucursal del cielo.
Sin embargo, el italiano era muy ambicioso y el éxito que le estaba representando su pequeño café no llenaba sus expectativas. Por eso, junto con su esposa, en 1939 tomó la decisión de ampliar el negocio. Se trasladaron al barrio San Nicolás, aumentaron considerablemente las ventas y dieron el paso más importante para que Águila Roja pasara a ser un gigante del sector.
Una empresa que nunca dejó de ser familiar
El italiano José Panebianco estuvo a cargo de Águila Roja durante más de 30 años, pero ya a mediados de la década de los sesenta, decidió dar un paso al costado y dejar a cargo a su yerno José “Pepino” Sangiovanni, un hombre que hasta hoy es particularmente recordado por los aficionados del fútbol colombiano y más que todo por los del Club América de Cali, equipo del que fue Presidente entre 1979 y 1986.
Justamente, fue Pepino el dirigente que llevó al América a ganar la primera liga de su historia en 1979 con la que dejaron atrás 31 años de sequía durante la que estuvieron en el ostracismo y rezagados por su rival de patio de la ciudad, el Deportivo Cali.
Posteriormente y bajo el liderazgo de Pepino, lograron ganar cinco ligas consecutivas correspondientes a las de 1982, 1983, 1984, 1985 y 1986. Hasta hoy, presumen de ser el único equipo colombiano en ser pentacampeón.
Los éxitos del América de Cali fueron paralelos al crecimiento exponencial definitivo de la más importante de las empresas familiares. De la mano de Pepino, Águila Roja abrió en 1974 su primera gran planta de producción en Candelaria, municipio del Valle del Cauca, en los noventa abrió otra en Madrid (Cundinamarca) saliendo por primera vez de su terruño y en 2000 inauguró una tercera factoría en Santander de Quilichao, Cauca.
Los Sangiovanni y un legado que perdurará por siempre en el deporte colombiano
José “Pepino” Sangiovanni fue el encargado de crear el primer equipo de fútbol femenino de la historia del país y organizar el primer torneo departamental en 1971. Por este motivo, desde ese entonces, el dueño de Águila Roja es recordado en Colombia por haber sido el primer empresario que le apostó a que las mujeres podían jugar fútbol profesionalmente, lo cual, 50 años después, ha quedado más que demostrado con las brillantes participaciones de los clubes colombianos y de la Selección Colombia Femenina en los torneos internacionales.
Deporte y café fueron dos pasiones que mezcló Pepino Sangiovanni durante su vida y a sus hijos, además del control de la empresa Café Águila Roja, les inculcó el amor por estas disciplinas. Oreste Sangiovanni, por ejemplo, también optó por fútbol y, al igual que su padre, en dos ocasiones, llegó a ser Presidente del América de Cali.
Del primer período como Presidente guarda un mejor recuerdo, puesto que llevó al América de Cali a ganar su octava estrella en 1992. Sin embargo, en el segundo período como dirigente deportivo, el equipo quedó hundido en la B y terminó siendo relegado para cederle el paso al empresario manizaleño y actual candidato a la Gobernación del Valle del Cauca, Tulio Gómez.
Después, Oreste continuó como accionista del Club y mantuvo su estatus de empresario exitoso del Valle gracias a su participación en empresas como Pastas Nuria, Industria de Productos Alimenticios del Cauca, Hotel Now, Talento Humano Temporal e incluso otra marca de café: Bemoka.
Su otro hijo, José Gabriel Sangiovanni, se tomó más en serio lo del deporte porque no se limitó al rol empresarial, pues fue accionista del América de Cali desde 1979 hasta 2015, sino que se vistió de sudadera y gorra para ser entrenador de fútbol. El único equipo que ha dirigido hasta la fecha es justamente el que él mismo fundó: el Orsomarso de Palmira, el cual debe su nombre al lugar de nacimiento del patriarca de la familia, el italiano José Panebianco.
El Orsomarso inició en 2012 como una escuela de fútbol que buscaba ayudar a jóvenes de escasos recursos a llegar al fútbol profesional, pero en 2016, tras la desaparición del Universidad Autónoma del Caribe Fútbol Club, decidieron comprar su cupo y entrar a competir en la segunda división del fútbol colombiano. José Gabriel Sangiovanni fue su entrenador entre 2017 y 2019. Hasta la fecha, continúa siendo el propietario.
El tercero, Ettore, terminó siendo el más distinto de los hermanos. No solo cambió el balón por la bicicleta, lo que lo llevó incluso a ser nombrado Presidente de la Federación Colombiana de Ciclismo durante ocho años desde 2001 hasta 2009, sino que es como ‘la oveja negra de la familia’ al ser el único hincha del Deportivo Cali.
Águila Roja: los reyes del marketing
Ni su tradición, ni la calidad de su café, ni la relación de la familia con el América de Cali, le han dado a Águila Roja tanto reconocimiento como este comercial:
La idea de hacer un jingle navideño con la marca fue de Fernando Parra Duque, Pedro Chang (no el que fue presidente del América de Cali, sino el filósofo de la Universidad del Valle) y María Villegas, siendo esta última la que prestó su voz.
Cincuenta años después, la estrofa que dice que “la vida es bella” y que “diciembre es amor” sigue siendo tarareada por gran parte de los colombianos cuando se acerca la época decembrina y junto con el más moderno jingle de “Tomémonos un tinto, seamos amigos”, constituyen dos de las estrategias de publicidad más icónicas y recordadas en el país.
David contra Goliat
Actualmente, Torrecafé Águila Roja sigue siendo una empresa caleña y, a diferencia de sus más grandes competidores en el mercado del café de Colombia, no le pertenece a ninguna gran multinacional y se mantienen como una de las marcas de café más vendidas en el país y como una de las que más rondan en la cabeza de los consumidores.
Según las cifras de ventas de café, Águila Roja está consolidada como la segunda marca que más vende al detal en el país, solo detrás de Café Sello Rojo, perteneciente al Grupo Nutresa que domina de forma aplastante en el sector. También de Nutresa son la cuarta y la quinta marca más vendidas: Colcafé y Matiz y en el tercer lugar, aparece Nescafé, otra que es de propiedad de un gigante como Nestlé.
También le puede interesar: Sin proponérselo, Gilinski se convirtió en el rey del negocio del café en Colombia