A los filipinos no les importa demasiado que Rodrigo Duterte haya declarado política de estado matar sin juicio previo a traficantes. Desde que se posesionó como presidente, el 30 de julio del 2016, más de 3.500 personas han muerto por esta política de estado. Duterte es cruel y se ufana de admirar a Adolfo Hitler. Este viernes 28 de septiembre reconoció públicamente que su único pecado es ordenar ejecuciones extrajudiciales.
La crueldad de su gobierno queda plasmada en este video: