ArtBo nos ha tenido atentos a las muchas expresiones que recoge la feria y los múltiples eventos que no duermen. Hoy sábado se le une Bienasur en Bogotá y en Cúcuta. Como siempre están alerta: Odeón y Barcú. Los museos y las galerías tienen una presencia importante. La feria del Millón hace también su papel comercial.
He revisado durante dos días en ArtBo y después de mucho pensarlo, el venezolano Jesús Rafael Soto, uno de los artistas que representó al país del futuro con el movimiento geométrico en los años sesenta y setenta, se lleva el galardón. Lo moderno, en muchos sentidos, es más importante que lo contemporáneo. Fuera de las representación de las galerías latinoamericanas, algunas de las galerías internacionales no tienen la importancia que merece la inversión y los invitados extranjeros hasta hoy viernes, no han invertido en ArtBo.
Ahora, un punto en favor tiene que ver con el espacio de exposiciones que mejora. La distribución de las galerías con sus proyectos tiene más lugar. Como sucede en muchas ferias, en la distribución uno se pierde hasta con el mapa en la mano. Pronto tendremos un dispositivo” Waze” para llegar a algún lado. Pero esta tiene una la concepción arquitectónica limpia y sencilla. Lo que le otorga más orden y distancia a la mirada. Bien por esa que la realizó el joven arquitecto Naranjo.
En ArtBo lo latinoamericano tiene una representación magistral. Soto representado por la Galería León Tovar nos muestra calidad y proyección en su arte geométrico óptico. La interacción de la obra con el espectador es inevitable, la recreación del mundo se piensa en el valor de los elementos. Como bien hemos visto en la prensa, un círculo fue realizado con líneas rectas que es un propósito de relaciones. Como el artista anota: “Las relaciones excluyen el concepto del vacío. Las Relaciones existen autónomamente y yo trabajo mis obras en función de esta existencia”.
Otra formalidad que hace parte de su mundo es la repetición como valor abstracto. Soto anota: “ la progresión es una variante de la repetición: es el punto de partida. Para universalizarla, es necesario conseguir la progresión cíclica, donde el punto de partida pierde su valor particular”. Son obras que tienen la estructura pura de lo universal que lo revela en una idea básica.
Jesús Soto aprendió la geometría básica mientras tejía hamacas al lado del río Orinoco y trabajada para ayudar a vivir a su madre. Paro a partir de 1957 sintió la necesidad de trabajar con elementos libres en la escultura y llegó lejos en el mundo de las galerías y los museos extranjeros. Soto anota que “conservé la trama del fondo muy apretada, casi mecánica, y dejé en libertad musical a la fase superpuesta”. Por eso y mucho más se le considera el genio de la geometría universal.
El resto que cabe mencionar son todos latinoamericanos: nuestro Pedro Ruiz vendió instantáneamente sus pinturas poéticas de desplazados en canoa en la galería de Beatriz Esguerra.
Nueveochenta presenta a Juan Fernando Herrán. Artista que tiene en la mira la conexión arquitectónica con el arte pero que esta vez muestra una fotografía devastadora de un pájaro muerto. De un presente herido a sin futuro que descuartiza la existencia.
La galería Eduardo Fernández del Brasil muestra a dos colombianos: Fernando Arias, siempre atrevido, se apropia del soporte del argentino Kuitka, para relatar eventos de la política nacional mientras encuentra al presidente Santos descabezado e insinúa que se puede dormir en paz en su colchón que hace parte del sueño o el video de Clemencia Echeverri donde muestra cómo hasta la búsqueda manual de oro, contamina con mercurio el agua que tomamos.
Iván Argote es ya parte de nuestro futuro. Se encuentra en ArtBo como en el Mambo y en Bienalsur. Trae sus esculturas libres donde se une la trama en hierro con la palabra. Lo conceptual se entrelaza con lo moderno. Reincorpora la idea de lo anárquico que se mezcla con la fuerza de la palabra.