Los diagnósticos acerca de la inequidad en la educación son conocidos. También las propuestas para superarla. Las desigualdades, acentuadas en la época de pandemia, afectan a millones de niños y jóvenes. Las disparidades regionales, el rezago del campo, las enormes diferencias en el acceso a educación de alta calidad dependiendo del estrato socioeconómico, las diferencias en la educación inicial y preescolar marcan la inequidad en las oportunidades.
También vemos a diario, desde que se hizo público el uso del ChatGPT en noviembre del 2022, cómo la inteligencia artificial (IA) está en los primeros lugares de la agenda de los mas diversos actores. Se sabe ya acerca del potencial de la IA en la educación.
Es crucial que se trace una política de Inteligencia Artifical (IA) en la educación, así el Plan de Desarrollo “Colombia, potencia mundial de la vida” no lo haya hecho. No hacerlo agrandará las inequidades.
La IA es una herramienta poderosa que tiene el potencial de transformar la educación y contribuir a cerrar las brechas existentes. Una combinación de políticas públicas sólidas y colaboración con el sector privado puede promover un buen uso de la IA en beneficio de los niños y jóvenes.
Son numerosas ventajas de la IA en el ámbito educativo.
Puede adaptar el contenido y la metodología de enseñanza según las necesidades y ritmos de aprendizaje individuales de cada estudiante, permitiendo una educación personalizada, atendiendo las fortalezas y debilidades de cada uno, independiente de su contexto socioeconómico.
La IA puede facilitar el acceso a recursos educativos digitales de alta calidad, incluyendo materiales didácticos interactivos, plataformas de aprendizaje en línea y tutoriales personalizados. Esto es especialmente valioso para estudiantes que no tienen acceso fácil a bibliotecas, laboratorios u otros recursos educativos tradicionales.
Un elemento clave consiste en que la IA puede proporcionar retroalimentación instantánea y personalizada sobre el progreso y desempeño de los estudiantes.
Un elemento clave consiste en que la IA puede proporcionar retroalimentación instantánea y personalizada sobre el progreso y desempeño de los estudiantes. Al utilizar algoritmos de IA, se pueden identificar áreas de mejora y fortalecer las habilidades específicas de cada estudiante.
La IA puede ayudar a identificar tempranamente desafíos de aprendizaje, dificultades o necesidades especiales en los estudiantes. Mediante el análisis de datos y patrones de rendimiento, los sistemas de IA pueden alertar a los educadores sobre posibles áreas en las que los estudiantes requieren apoyo adicional.
El uso de la IA en la educación debe ser respaldado por políticas públicas sólidas.
Es claro que la IA no puede reemplazar por completo la labor de los docentes, pero puede ser una herramienta poderosa para mejorar la calidad de la educación y reducir las inequidades existentes. Una política pública debe contemplar, al menos cuatro factores:
• Inversión en infraestructura tecnológica en todas las escuelas del país, especialmente en aquellas ubicadas en áreas rurales. Garantizar acceso a Internet de calidad y proporcionar equipos adecuados permitirá aprovechar al máximo el potencial de la IA en la educación (la conectividad es un elemento presente en el Plan que, ojalá, no tropiece con eventos de corrupción conocidos).
• Formación docente: Se deben desarrollar programas de formación y capacitación para los docentes, con el fin de familiarizarlos con las aplicaciones de la IA en el aula y dotarlos de las habilidades necesarias para utilizar estas herramientas de manera efectiva. La formación docente debe ser continua, actualizándose conforme evoluciona la tecnología.
• Integración curricular: La IA debe integrarse en el currículo nacional, adaptándolo para incluir conceptos relacionados con la IA, el pensamiento computacional y la ética de la IA. Esto permitirá preparar a los estudiantes para los desafíos y oportunidades que la IA les presentará en el futuro laboral.
• Acceso equitativo: Es esencial garantizar que todos los estudiantes, independientemente de su origen socioeconómico o ubicación geográfica, tengan acceso a recursos de IA en la educación. Esto implica aplicar políticas que reduzcan la brecha digital y proporcionen igualdad de oportunidades en el uso de la tecnología.
Finalmente, la colaboración entre el sector público y privado es fundamental para aprovechar el potencial de la IA en la educación mediante alianzas estratégicas que el gobierno puede establecer con empresas tecnológicas y organizaciones educativas privadas para desarrollar y poner en marcha soluciones de IA en el ámbito educativo. Estas colaboraciones pueden incluir el diseño conjunto de plataformas educativas, la provisión de recursos tecnológicos y la realización de investigaciones conjuntas.
Hay que moverse rápido. El cambio es exponencial, los impactos se verán pronto en el mercado laboral, y a las nuevas realidades se les podrá hacer frente haciendo uso de la tecnología en la educación, cuyo uso podrá reducir las brechas de oportunidades en Colombia.
