Aunque cueste aceptarlo, el fútbol es un negocio ¿Y qué es un negocio? Según la RAE, es: “Aquello que es objeto o materia de una ocupación lucrativa”. ¿Y qué significa lucrativa? Sencillo: que produce utilidades o ganancias. Es decir, si el fútbol no produce dinero, se acaba. No obstante, Gustavo Petro afirmó en Twitter que, de llegar a ser Presidente, el fútbol se transmitiría por canales públicos, subsidiados por el Estado. Pésima idea en un país que tiene tantas necesidades como el nuestro.
Y es que apenas Gustavo Petro afirmó “En el Gobierno de la Colombia Humana, la transmisión del fútbol será en canales abiertos, si los canales privados no quieren se hará en canal público” me acordé enseguida de Cristina Fernández de Kirchner y cómo casi acaba con el fútbol en Argentina. Su iniciativa tenía como objetivo estatizar el balompié de ese país a través de Fútbol Para Todos, canal público por medio del cual se iban a realizar las transmisiones de todos los encuentros. El resultado es sabido por todos: corrupción rampante y un modelo fracasado en el que se perdieron más de 10 mil millones de pesos argentinos. El país tuvo que volver al modelo privado.
Pero entremos ahora a analizar uno de los argumentos que dio Gustavo Petro: el fútbol se juega en estadios públicos y por eso debería ser un espectáculo público. Habría que recordarle al Senador que cada semana los equipos profesionales le pagan una suma de dinero a las diferentes alcaldías en las ciudades para poder utilizar los escenarios. No es gratis, como a él le gustaría.
Pero además, todas estas opiniones de Gustavo Petro sobre el fútbol surgieron a raíz de una pelea que tuvo el político con Carlos Antonio Vélez, panelista de Win Sports +. Independientemente de lo que se haya dicho, hay un hecho que podría afectar directamente varios derechos fundamentales. El Estado se hace a los derechos del fútbol y maneja los canales que transmiten los partidos, contrata a periodistas allegados y echa a quienes para ellos sean incómodos. Como Carlos Antonio Vélez lo es con Petro. Una violación rampante a la libertad de expresión y a la libertad de prensa.
Para cerrar, Colombia es un país con muchas necesidades e infinidad de injusticias. No es posible que el Estado se preocupe por financiar el fútbol en vez de trabajar por lo que realmente le debe interesar: hospitales, escuelas, colegios, seguridad. Enfoquémonos en lo importante, señor Petro.
