En el departamento del Cauca se está gestando un conflicto social con los procesos de erradicación de cultivos ilícitos y la intervención de estructuras criminales, que se dedican a la producción y distribución de estupefacientes, que además está derivando en graves problemas de orden público.
Por un lado, los campesinos caucanos luchan con uñas y dientes defendiendo sus cultivos ilegales, incluso arriesgando su propia vida ante la arremetida del Ejército, y la inoperancia en varias regiones, del acuerdo para hacer sustitución voluntaria. El Gobierno por su parte, siente la presión que ejercen desde la Casa Blanca, pues los cultivos ilícitos se han desmadrado y está en peligro el programa de ayudas de Estados Unidos para el proceso de Paz, e intensifica sus estrategias militares. En este escenario, el Ejército hace una grave denuncia, según la cual, algunas comunidades indígenas están protegiendo a narcotraficantes que operan en sus territorios. En un comunicado, informó que en medio de un operativo en el que se incautaron más de 200 kilogramos de marihuana en Caloto, la comunidad indígena se empezó a aglomerar con piedras, palos, machetes y explosivos con el fin de atentar contra los uniformados e impedir la captura y la incautación del material. Tremendo. Son hechos graves, que hay que analizar con la lupa de la justicia, porque pueden configurar varios delitos penales.
Como si el polvorín ya no estuviera lo suficientemente cebado, en estos días resultó muerto un líder campesino del movimiento Marcha Patriótica, coordinador de la Guardia Campesina de la vereda Río Negro e integrante de la Asociación de Constitución de Reserva Campesina del municipio de Corinto. Al parecer, un grupo de aproximadamente 400 campesinos, se acercó a miembros del Ejército para reclamar por la supuesta retención de dos personas de la población, la tropa disparó acabando con la vida del campesino. Además resultaron dos heridos que ya fueron dados de alta. El Gobierno Nacional y los líderes campesinos deben sentarse a la mesa ya, porque este escenario no promete nada bueno y puede ser el germen de un conflicto aún más grave.