Surge un nuevo polo de poder entre los sectores que tratan de ganar influencia en la campaña presidencial de Donald Trump, uno que tiene una línea directa hacia el magnate por vía de su matrimonio.
A pesar de su limitada experiencia política y de una historia familiar un tanto turbia, el yerno de Trump, Jared Kushner, desempeñó un papel prominente en casi todos los aspectos de su campaña, que hasta ahora había pasado inadvertido. El esposo de Ivanka Trump opera incluso con un extraordinario nivel de autonomía dentro de una organización que logró lo imposible: ganar las elecciones presidenciales.
La creciente influencia de Kushner ha sido confirmada por varias personas con conocimiento directo de la dinámica de la campaña, quienes dicen que el yerno de 35 años participó en el proceso de selección de un compañero de fórmula, en la planificación de un proceso de transición que se llevará a cabo ahora que salió elegido, en los esfuerzos por incorporar información sobre los votantes a los debates sobre estrategia y las campañas de recaudación de fondos, y la elaboración de políticas.
La ascendencia de Kushner complica aún más las pujas internas por el poder en el campo de Trump. Algunos sectores dicen que Kushner no tiene antecedentes en la política y creen que se le está dando demasiado peso a alguien con tan limitada experiencia. Otros opinan que, a pesar de su inexperiencia, es una presencia valiosa por su estilo apacible por sus contactos con el periodismo y con la comunidad judía. Los resultados del pasado 8 de octubre confirman que el magnate no se equivocó.
Kushner se hizo cargo de los negocios inmobiliarios de su familia en New Jersey a los 23 años, cuando su padre, Charles Kushner, fue a la cárcel por evasión de impuestos, aportes ilegales a campañas políticas e intimidación de testigos. Fue también editor del New York Observer, un periódico de Manhattan orientado a la alta sociedad y con fuerte énfasis en los bienes raíces.
Sus contactos con los medios de prensa le fue muy útil a Trump, a pesar de que el diario de Kushner fue cuestionado por el tono crítico de su cobertura de los rivales del magnate en las internas republicanas.
"Todos los editores de Nueva York influyen en el debate político, desde los tabloides hasta los diarios grandes y los semanarios de barrio", sostuvo Mitchell Moss, profesor de planificación urbana de la New York University y conocido de Kushner. "Es un muchacho inteligente, cortés, que se ha encumbrado en la política a través de su matrimonio".
Es también muy reservado.Rara vez habla con la prensa y declinó ser entrevistado para este reportaje a través de un representante. Ni siquiera las personas que trabajan con él en el mundo editorial supieronmucho de su papel en la campaña presidencial.
"No te enteras de nada incluso si estás en contacto con él varias veces al día, como yo", dijo Asher Abehsera, CEO de la firma constructora LIVWRK. Agregó que el yerno de Trump es una persona "creativa y muy bien conectada".
El acceso que tiene Kushner al nuevo presidente sorprende a algunos colaboradores de Trump. Uno de ellos cuenta que hace poco tuvo una conversación telefónica con Trump y que de repente escuchó la voz de Kushner. En otras palabras, Trump usó el altoparlante mientras su yerno estaba en la sala.
Se cree que Kushner no ve con buenos ojos al director de la campaña Corey Lewandowski, quien mantiene una dura puja interna con el presidente de la campaña Paul Manafort.
La situación se agravó hace unos meses cuando el director de política Rick Wiley dejó la campaña luego de tan solo seis semanas de trabajo. Dijo luego que se sentía entre dos fuegos, por un lado Lewandowski, quien acompaña a Trump desde la primera hora en su campaña, y por el otro Manafort, un veterano de las lides políticas republicanas que fue incorporado al equipo en marzo pasado.
Kushner parece operar por encima de todo, mostrándose como un centro de poder que se interesa en distintos aspectos de la campaña.
Fue parte de una delegación que se reunió con el equipo del líder de la Cámara de Representantes Paul Ryan en junio pasadoen Washington, participó en una reunión que duró horas del equipo de transición de Trump en Nueva York, intervino en el lanzamiento de la campaña de recaudación de fondos de Trump en California y recientemente cortejó a figuras relevantes como Henry Kissinger para que hablasen de la política exterior de Trump. También desempeñó un papel relevante en la selección del candidato a la vicepresidencia.
Kushner apeló a su amistad con el editor Rupert Murdoch para mejorar las tensas relaciones entre la campaña de Trump y el Fox News Channel. También hizo importantes aportes a un discurso muy bien recibido ante el Comité de Asuntos Públicos de Estados Unidos e Israel. El discurso fue analizado por el editor del Observer Ken Kurson, tras lo cual algunos periodistas del diario dijeron que el medio tenía que tomar cierta distancia de la cobertura de la campaña de Trump.
Kurson declaró a la Associated Press que Kushner "no intervino" en el editorial.
"Hablamos a menudo sobre muchos asuntos mundiales. No estamos de acuerdo en algunas cosas, pero siempre lo hablamos respetuosamente", expresó Kurson, quien describió a Kushner como una presencia que genera calma.
Al hacerse cargo de los negocios de la familia en el 2004, Kushner hizo fuerza para penetrar el mercado de la ciudad de Nueva York y ha adquirido propiedades por valor de 7 mil millones de dólares en menos de una década. Se casó con Ivanka Trump en el 2009. La hija de Trump se convirtió al judaísmo antes del matrimonio y están criando a sus tres hijos como judíos ortodoxos.
Trump elogia con frecuencia a su yerno, llamándolo incluso al centro del escenario, a pesar de que eso no le gusta a Kushner.
"Honestamente, Jared ha tenido mucho éxito en el mundo inmobiliario, pero creo que la política le gusta más que los bienes raíces", afirmó Trump el mes pasado. "Es muy bueno en el ámbito de la política".