Por estos tiempos las redes sociales empiezan a tomar una importancia, aun mayor a la que ya tienen, en los diferentes niveles de la sociedad, y más por la en este 2018, que estamos en un año electoral.
Los medios impresos lidian una batalla permanente por conservarse ante el arrollador crecimiento de la difusión de noticias en las redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea, como es el caso de Facebook, Instagram, Twitter, WhatsApp y Telegram entre otros.
Esta batalla no es solo por la supervivencia, sino también por la credibilidad de la información, por la preservación del oficio periodístico. Un fenómeno creciente, es la difusión de noticias a través de las llamadas cadenas de WhatsApp, que en sus inicios fue una herramienta para compartir masivamente un chiste, una enseñanza de vida, un mensaje emocional, una bendición o una especie de agüero para la fortuna; preocupa, el poder de influencia y la rápida captación de lo que se quiere informar.
A raíz de esto se han creado movimientos cibernéticos que han utilizado esta forma de comunicación para difundir información falsa relacionada a eventualidades al rededor del ámbito político. Un ejemplo claro, sino, el más memorable, es la importancia que tuvieron las cadenas de WhatsApp en la campaña de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, como lo fueron en su momento los mensajes compartidos en pro y contra del Acuerdo de Paz y el plebiscito.
La información falsa difundida masivamente puede representar el triunfo o fracaso de una campaña política, además de la utilización de los usuarios de la app para lograr los fines que favorezcan a cualquier candidato; este es un fenómeno que no distingue la ideología ni el sector del partido, ya sean de centro, derecha, izquierda o cualquier híbrido que resulte de las coaliciones de estos.
Se nos avecina una avalancha de noticias, imágenes y/o audios, de origen desconocido, afirmando informaciones en su mayoría falsas, que buscaran manipular a los votantes, convirtiéndolos en las marionetas de sus aspiraciones políticas; por estos días se han difundido con mucha fuerza cadenas con relación a intenciones ocultas en el censo del DANE, la manipulación de la plataforma e-censo y la nacionalización de ciudadanos venezolanos, con el fin de favorecer candidatos de izquierda.
Con esto se hace un llamado, no solo a los inconscientes oportunistas, sino también a los usuarios de estas plataformas para que verifiquen la información que se difunde, si no está seguro, no la comparta; las riendas del país están en manos de quienes manejan, valga la redundancia, la información, siendo esta falsa o no.
La invitación no es otra que leer más medios impresos y menos cadenas de WhatsApp. No coman cuento, tomemos el tiempo suficiente para analizar la información que llega a nuestros dispositivos móviles, denunciemos a quienes pretenden manipular y moldear la opinión de los votantes.
Un voto bien informado no es un voto perdido.