Gregorio Eljach, un curtido y canchero político hecho en los corrillos y salas del Congreso, es quien maneja los hilos del trámite de las leyes donde lo formal y los procedimientos pesan tanto o más que lo sustantivo.
El Presidente del Congreso aparece siempre en las plenarias consultando al Secretario tal como hizo con las 16 circunscripciones especiales de paz, de una manera más evidente que los cinco Presidente que Eljach ha visto pasar por el cargo. Fue él quien se precipitó a hacer pública la votación y a dar por hundidas las curules y fue también quien adelantó que el Congreso, en la voz de su Presidente, no había acatado la solicitud el ministro del Interior en la que exponía la teoría de las mayorías a partir de un quorum de 99 senadores, por las tres sillas vacías de los tres congresistas destituidos del Partido de la U.
Pesó también en la decisión del presidente Efraín Cepeda de acatar la última decisión judicial producto de una tutela del indígena Robinson López con lo cual el Congreso cerró toda posibilidad de darle vida a las curules.
Eljach llegó al Congreso, con un cargo menor con el senador liberal caucano Aurelio Iragorri Hormaza hace más de dos décadas y logró llegar a la Secretaría General en reemplazo de Emilio Otero, funcionario de Sahagún que decidió retirarse en medio de un escándalo mediático por su rol en la Reforma de Justicia cuando salió señalado de haber introducido más de un mico en la versión final que terminó cayéndose. Se aseguró eso sí de dejar como sucesor a su amigo Gregorio Eljach a quien posesionó el entonces presidente de la corporación Roy Barreras, mientras Otero logró hacerse elegir contralor de Córdoba con los votos de los diputados de la Asamblea del departamento.