Danilo Villafañe terminó como defensor de la Sierra Nevada de Santa Marta casi que sin quererlo. A la fuerza. En 1996, cuando apenas tenía 22 años y pensaba que sería profesor de español por el resto de su vida, su papá Adalberto Villafañe apareció muerto en la cuenca del río Don Diego cuando regresaba de una reunión sobre erradicación de cultivos ilícitos. Adalberto se había enfrentado a las guerrillas y los paramilitares del temible Hernán Giraldo, que no querían ceder un centímetro de tierra para la ampliación de los resguardos y tenían amenazado a todo aquel que tuviera la intención de venderle propiedades al INCODER para las eventuales adjudicaciones.
Pero Danilo no se quedó solo. Después de echarse la lucha de su padre al hombro, encontró en sus viejos aliados y amigos el respaldo necesario para convertirse en uno de los indígenas arhuacos más populares del país. Su voz resuena entre los gobiernos que reconocen el peso que tiene entre los grupos económicos. Precisamente, de su padre heredó la relación con Francisco Dávila Ricciardi, un abanderado de las causas ambientales y quien durante el gobierno de Belisario Betancur en 1984 participó en la creación de la Fundación ProSierra y fue clave en los años siguientes para aprobar millonarios recursos. Una relación que vería sus frutos 25 años después.
En el 2011, el entonces presidente Juan Manuel Santos anunció en Santa Marta la construcción del hotel 7 estrellas Six Senses en el corazón del Parque Tayrona. Un lujoso espacio ecológico que iba a ser construido por una empresa tailandesa de la mano de sus socias colombianas las hermanas Claudia y Beatriz Dávila Zúñiga, representantes de la Sociedad Promotora Arrecifes S.A.S. e hijas de Francisco Dávila. Aunque el proyecto en su momento provocó todo tipo de reacciones entre ambientalistas y líderes de la región, uno de los que defendió el proyecto fue Danilo Villafañe, quien asegura que Six Senses tenía un estándar ambiental muy alto y después de algunas reuniones con los mamos Arhuacos, Wiwas y Koguis estaban convencidos de las supuestas bondades del hotel, que quedó frenado ante las críticas y presiones tanto al gobierno como a Parques Naturales, encabezada por Julia Miranda.
Hoy la pelea en el Tayrona es por la concesión que administrará el turismo en el parque, que durante 13 años estuvo en manos del francés Jean Claude Bessudo, presidente de Aviatur. Hasta el próximo 23 de diciembre Parques Naturales recibirá las propuestas de las empresas que quieren participar en la licitación, entre las que se encuentra Arrecifes, de las hermanas Dávila Zúñiga, quienes además tienen el respaldo del expresidente Uribe que les ha dado varios espaldarazos ante el presidente Duque. Durante los próximos 23 años, el concesionario que administre el parque podría ganar medio billón de pesos, en el escenario más conservador.
Desde hace casi cuatro meses Danilo Villafañe, quien buscó en 2014 llegar al senado con el Partido Verde, es el gobernador encargado del cabildo Arhuaco Magdalena-La Guajira y ha asumido la vocería de los pueblos indígenas de la Sierra para buscar una mejor representación y condiciones frente al proceso de concesión del Parque Tayrona. Sin embargo, Villafañe ha sido duramente criticado por supuestamente atribuirse vocerías que no le corresponden. Después del debate control político que se le adelantó en el Congreso a la directora de Parques Nacionales y al ministro de Medio Ambiente, Ricardo Lozano, por cuenta de la situación que se vive en el Tayrona, el gobernador del pueblo Arhuaco, José María Arroyo, no reconoció la representación de Villafañe, quien además estuvo en el debate y aseguró que el Consejo Territorial de Cabildo (CTC), conformado por los cuatro pueblos indígenas de la Sierra, no era la autoridad encargada para decidir en nombre de los pueblos indígenas de la Sierra sobre el futuro de la concesión que se entregará en enero por los próximos 23 años. “Una cosa es que acompañen los procesos y otra es que tomen decisiones”. Y es que los indígenas Kancuamos, que tienen presencia en el departamento del Cesar, no deben decidir sobre el futuro de la Sierra, según Villafañe. A pesar de esta disputa, hoy Danilo Villafañe sigue teniendo la vocería del pueblo arhuaco de la Sierra por ser gobernador encargado.
Villafañe ha logrado llevar a la Sierra Nevada de Santa Marta a importantes empresarios como los presidentes de Argos, Grupo Bolívar o Alpina. Desde hace 10 años convoca anualmente a 30 empresarios y políticos para hablar sobre la filosofía ancestral en la Sierra. Ese alcance entre los grupos económicos le ha dado un gran reconocimiento a Villafañe, quien ha sabido usar esa influencia tanto al interior del país como en el extranjero, dando conferencias en Estados Unidos y Europa de manera recurrente.
Mientras que Julia Miranda, a quien le interpusieron un incidente de desacato por frenar la implementación del Plan de Manejo del Tayrona, asegura que se hicieron dos consultas previas con los indígenas para definir el plan de manejo del parque y el proceso licitatorio para elegir la concesión, Villafañe pide que se suspenda la concesión pues cree que esos procesos no tuvieron en cuenta a otros actores con presencia en la sierra, como campesinos y colonos. Un argumento que acogió un juez de Santa Marta. Sin embargo, la disputa no es fácil de resolver, pues la situación de los campesinos, unos 3.000, no depende de parques naturales, sino de la Agencia de Restitución de Tierras.
Hoy el parque Tayrona está siendo administrado por Parques Naturales hasta que no se culmine el proceso de licitación. Mientras tanto, líderes como Danilo Villafañe piden tener más participación en las decisiones que se tomen alrededor de la Sierra y empresarios como la familia Méndez o las hermanas Dávila Zúñiga, esperan quedarse con el millonario negocio que podría abrirles las puertas en el Tayrona para impulsar sus ambiciosos proyectos turísticos.