El Día Mundial de la Risa se festeja el primer domingo de mayo desde 1998, de acuerdo a la iniciativa de Madan Kataria, escritor indio autor del libro Yoga de la risa. La idea es promover la risa como factor de paz total y global.
Tenemos programas cómicos de vieja data. Sábados Felices ─el más longevo del mundo, según Record Guinness─, El Chavo del 8, Bienvenidos, La familia P. Luche, Mr. Bean, Benny Hill, Laurel y Hardy, Blanco y Negro, Alf, La Grúa, Cheverísimo y un largo etcétera de seriados personificados y caricaturas animadas. ¿En la actualidad? Hay muchos. Y numerosos videos jocosos que podemos apreciar por la microtevé esclavizante que es el celular.
Películas de risa, anécdotas graciosas y chistes los hay por miles.
Canciones de antaño pregonan sonrisas, risas y carcajadas.
“Ja, ja, ja, no puedo aguantar la risa que me da…” canta el Inquieto Anacobero Daniel Santos en la guaracha Qué cosas tiene la vida.
“Qué risa me da, ja ja / al recordar / cómo le llaman / la fruta bomba / allá en Santiago / Jajá, jajá, jajá…”, en La fruta bomba, de Los Guaracheros del Caribe. La fruta bomba es la misma papaya.
En el tema El patillero, de Fruko y sus Tesos, voz de Wilson Manyoma Saoko, luego del choque del carrito de patillas con un camión: “…la furia del camionero / el susto del patillero / y la risa del bocón ¡ja ja jaaa!”
“Estoy diciendo que cambies / la cara de seriedad / Pero que ríe a carcajada / Cuacuaracuacuá…”, en la composición salsa Vamos a reír un poco, cantando Héctor Lavoe.
“Y yo me rio de la gente, sabiendo yo que los pongo a gozar…” en Cha-ca-boom, con el salsero Joey Pastrana.
“Ven aquí a cantar, volvamos a reír / La pena hay que olvidar, de qué vale sufrir”, al inicio de Oh, jo; ah, ja, versión salsa de Johnny El Bravo López, y pop con Las Cuatro Monedas.
“¡Qué vacilón, qué vacilón! / ¡¡¡Ja ja jaaa... no es tan seria!!!” Al final del primer rap en castellano, La cotorra criolla, de Perucho Conde.
“Y ahora sí que tengo ganas de reír…” en la balada rítmica Me has enseñado a conocer lo que es amor, de Luis Aguilé.
“La felicidad, ¡ja, ja, ja, ja! / De sentir amo-o-o-o-or / Hoy hace canta-a-a-a-ar / A mi corazó-o-o-o-ón”, con Palito Ortega, en La felicidad.
“Los amantes se van / riendo se van / porque no los entienden / Y se van del lugar / de aquella ciudad / donde vivieron siempre”, en Los amantes, de Raphael.
“Podré reír y soñar y bailar / disfrutando la vida / Olvidaré la tristeza y el mal / Y las penas del mundo…”, en Mi gran noche, también de Raphael.
“Gracias a la vida que me ha dado tanto / Me ha dado la risa y me ha dado el llanto”, canta Violeta Parra en Gracias a la vida.
La referencia es irónica en el bolero ranchera Payaso, autoría de Pablo Maldonado, interpretada por Javier Solís. “Payaso, soy un triste payaso / que en medio de la noche / me pierdo en la penumbra / con mi risa y mi llanto”.
Autocompasiva en Frente a una copa de vino, con Luisito Rey: “No preciso de tu amor / Pero si un día tú vuelves / ¡Qué feliz sería yo! / Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja / Ji, ji, ji, ja, ja, ja, ja, ja, ja!”
Por burlas en Ave María, de Raphael: “Recordarás cuántas veces te he rezado de rodillas / Mis amigos se reían, al mirarme, se reían, se reían, se reían…”
“Reír como tu reías / gozar de tu amarga pena / sabes bien que no fuiste buena…” en el bolero Como tú reías, del banqueño José Barros, versiones de Mariluz y Charlie Figueroa.
“Quiero sonreírme con mis treinta y dos dientes”, cantan las barranquilleras Elia y Elizabeth en Mis 32 dientes.
“Canta, sonríe a la gente”, dicen Los Mitos en Es muy fácil.
“La novia triste que vivía callada, sonrió”, al oír tocar una papayera con sus chupacobres por la calle, en la canción La banda, de la Sonora Matancera, cantando Tony Díaz, adaptación del poema Al ver la banda pasar, de autoría del brasileiro Chico Buarque.
Dice Niní, “Reírse es gratis ¡ji!, no cuesta nada ¡ja!” De forma excepcional si has pagado la entrada en un cinema para ver una comedia o asistes a una obra de género cómico en un teatro.
Beneficios:
- Cuando te ríes, tu cerebro libera una serie de hormonas que contribuyen a tu bienestar físico: dopamina, serotonina y adrenalina.
- Llevamos más oxígeno a nuestro organismo, puesto que aspiramos más aire. Es como si hiciéramos un pisa-y-corre.
- Está probado que reduce tensiones musculares, al aumentar la producción de neurotransmisores que ayudan a combatir el estrés, la ansiedad y la depresión.
- Ejercitamos doce músculos faciales y se aumenta el ritmo cardíaco de forma saludable.
- Generamos una mayor cantidad de anticuerpos, lo cual fortalece nuestros sistemas inmunológicos.
- Por regla general, si te ríes en grupo de forma asertiva, el chiste o la chanza contribuye a mejorar los vínculos interpersonales y la sana convivencia debido a que se activan áreas corticales, encargadas de las relaciones a nivel social.
Y si estás en un episodio tristongo, depresivo o melancólico, fortaleza. Luego cantarás a lo Peret: “Y es preferible reír que llorar / Y así la vida se debe tomar / Los ratos buenos hay que aprovechar / Si fueron malos, mejor olvidar”.
Así que, amigazas y amiguillos sonrientes, risueños o que se carcajean a mandíbula batiente, de oreja a oreja, por todo y a más no poder, ¡risoterapia a la lata!